En la noche de los Oscar me ha venido a la sesera el título de la premiada película de Garci. Esta película narra la historia de un exiliado que vuelve a España una ver queda instaurada la democracia y se reencuentra con su amor de juventud. Haciendo un símil, reconozco, algo forzado el Madrid después de pasar un duro invierno tras la disputa del Mundial de clubes, ha vuelto a recuperar la ventaja con la que terminó el 2014 deslumbrando. Miento, porque al contar con un partido menos la diferencia era 3 puntos menor con Barça y Atlético.
En este duro invierno el equipo ha tenido que sobreponerse a varias circunstancias difíciles de superar. Al bajón físico, pienso que buscado ya que es imposible estar 11 meses a tope, se han unido una serie de bajas determinantes en los órganos vitales de este exiliado. Por sí fuera poco, el calendario no ha sido el más propicio. El Madrid ha rendido visita al Valencia y Atlético y ha recibido al Sevilla. Además el doble enfrentamiento copero ante el rival capitalino supuso un desgaste importante en un momento muy delicado.
Lo cierto es que de mejor o peor manera el equipo fue sacando bastantes puntos para el bajo nivel exhibido. En paralelo, la caída en Copa dio la ocasión de tener varias semanas enteras para entrenar. El aumento de la carga en los entrenamientos surtió el mismo efecto que cualquier pretemporada. Carga de piernas y lentitud generalizada las primeras semanas para posteriormente cargar las baterías y, esperemos, volar de aquí hasta el final de temporada.
Probablemente y, a pesar del valle físico, el nivel de juego hubiera sido mejor de no haber sufrido tantas bajas en puestos clave. Por hablar del Calderón, (ante el Valencia el nivel del equipo me pareció muy bueno excepto 20 minutos de la segunda parte) es muy difícil sobrevivir sin Pepe, Ramos, Modric, James y que tu única salida limpia del balón desde atrás esté sancionado (Marcelo). Varios de estos 5 jugadores, aparte de ser referencias mundiales en su puesto, son animales competitivos que no hubieran consentido el vapuleo que nos dio el Atleti a orillas del Manzanares.
Ha sido suficiente la vuelta de Pepe, para que unida a una evidente mejora física el Madrid haya vuelto a jugar en campo contrario con la defensa 20 metros más adelantada y haciendo a Kroos un hombre ayudado y por tanto feliz. Además, la entrada de Lucas Silva, jugador que ha sido bastante ninguneado a pesar de venir de otro fútbol tan diferente, le ha sentado de lujo al equipo. El brasileño siempre ofrece un pase fácil en la derecha y tras pérdida se junta rápidamente a Kroos para ayudar a la recuperación. Este simple mecanismo nos ha permitido volver a ver la presión del alemán en campo contrario tras pérdida, puesto que con Silva y Pepe en el campo ya no teme recibir un disparo a sus espaldas.
Adicionalmente es evidente que la movilidad de la BBC va en aumento y pese a ciertas imprecisiones de Ronaldo, es indudable que su recobrada hiperactividad ofrece múltiples líneas de pase al equipo y por ende descoloca al rival que no sabe que parte de su esqueleto es mejor que quede destapada con una manta que, pese a que se estire, no da para anular a tanto crack en movimiento.
Pese a que no fue un partido vistoso, el primer síntoma de recuperación se evidenció en Alemania, ya que pese a que fue un partido que causó un desprecio generalizado, era necesario poner en valor el control absoluto del Madrid y como ya se hicieron patentes mecanismos eficientes de recuperación del balón. Personalmente, amén del gran resultado, el que escribe ya valoro muy positivamente el partido de dominio aburrido que protagonizó el Madrid. Contra el Elche directamente fue un aplastamiento que sólo el árbitro y la mala suerte consiguieron que no se materializada hasta la segunda parte.
El Madrid está de vuelta y volvemos a empezar, eso si con la diferencia que tan justamente el equipo consiguió antes de este duro invierno que parece que por fin acaba. ¡Hala Madrid!.
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