¿Qué te pasa Cris?


Si somos sinceros, Cristiano Ronaldo no es un futbolista que haya contado con las simpatías del mundo. Todo lo contrario. Quizás por esa apariencia, que dicen chulesca, le ha costado mucho más ganarse el cariño incluso de su propia afición, pero es innegable que lo ha hecho. Lo ha hecho con su rendimiento y con sus números estratosféricos, pero también lo ha hecho con sus gestos. Con su solidaridad fuera del campo, por ejemplo, pero también respetando a la afición del Real Madrid, porque si ha tenido que pedir perdón al Bernabeu por una mala actuación declinando la ovación después del gol, lo ha hecho. Y es por estas cosas por las que la afición merengue nos hemos volcado con él, hasta el punto de cambiar nuestra cara por la suya para reivindicar su Balón de Oro.

Cristiano se ha esforzado por gustarnos desde el primer minuto en el que llegó y gritó a coro con el Bernabéu en su presentación “¡Hala Madrid!”. Bajo mi punto de vista lo que hemos vivido la afición del Madrid y Cristiano Ronaldo ha sido una bonita historia de amor, y en las bonitas historias de amor se demuestra por ambas partes, y así ha sido.

Es evidente que ahora Cristiano no se encuentra al nivel al que nos tiene acostumbrados, y esto no es cosa del último derbi ni de la última fiesta, esto viene de un poco más atrás. Yo diría que Cristiano no es Cristiano desde antes de la gala del Balón de Oro.

¿Y qué es lo que está haciendo que Cristiano no sea nuestro Cristiano?

Yo creo que lo primero que tenemos que tener en cuenta es algo sencillo. ¿En qué trabajáis? ¿A qué os dedicáis? Sea cual sea vuestra ocupación diaria, estoy segura de que no estáis de una manera continua dando un 100% de rendimiento en vuestra tarea.

Afortunada o desafortunadamente, no lo tengo claro, somos humanos. ¿Qué supone esto? Pues si me permitís que me ponga un poco psicóloga supone que todos nuestros actos, todo lo que hacemos está impregnado de una cognición (pensamientos) y de una emoción. Hay infinitos pensamientos e infinitas emociones que hacen que nuestros actos, es decir, en este caso lo que llamamos rendimiento, no sea siempre el mismo, ni el más alto. Y esto me lleva al siguiente aspecto a tener en cuenta.

Cristiano actualmente está pasando por una de las circunstancias personales que más desestabilizan al ser humano: una ruptura sentimental. La ruptura es una de las situaciones que más afectan a nuestros pensamientos y a nuestras emociones. Nos desestabiliza, no hace estar irritables, tristes, dolidos, enfadados, perdidos… Un cóctel de emociones que no son lo mejor para un buen rendimiento. Una ruptura nos afecta a todos y Cristiano no iba a ser menos.

Además, por lo que parece, Cristiano es un tipo perfeccionista. Es un tipo con “hambre”. Tiene ganas de demostrar siempre, tiene ganas de mejorar siempre, y es eso lo que le ha llevado hasta donde le ha llevado (entre otras cosas, claro).Busca continuamente su máximo nivel, y no sólo eso, si no que parece que busca también el reconocimiento externo constantemente. Ha sido ambicioso desde que empezó y esa es una de sus mejores características. Lo malo viene cuando la no consecución de sus objetivos (ya sean estos un buen rendimiento, goles, no cometer errores…) le crea una especie de estado de frustración, de ahí que le veamos esos gestos de desaprobación a veces exagerados consigo mismo, la recriminación de alguna jugada concreta a un compañero, protestas exageradas al árbitro, etc… Y esta frustración por no permitirse no estar al 100% quizás sea la que le hace a veces no poder conseguir su máximo rendimiento.

Resumiendo, si hay circunstancias de nuestra vida personal que nos hacen sentirnos algo ansiosos o desestabilizados va a influir en nuestro rendimiento, que se verá mermado, pero esto es lo más normal del mundo. Pero si esto nos pone más nerviosos todavía, si no nos permitimos fallar y si comenzamos a frustrarnos el rendimiento comenzará a caer en picado. Y no solo el rendimiento, si no que los gestos empezaran a dejar de ser esos que nos gustan a los madridistas a ser otros que no nos deberían gustar tanto (por ejemplo el desafortunado limpiarse el escudo). 

Pero podéis estar tranquilos, porque estoy segura de que Cristiano, nuestro Cristiano, volverá, porque es un genio. Que no se ponga nervioso él, y no nos pongamos nerviosos nosotros.

Por cierto, no conozco a Cristiano, por lo que quizás nada de lo que haya escrito sea cierto.

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