Ya no hay “dimes y diretes”, ahora son “carros y carretas”. Cada vez tengo más claro que defender al Real Madrid va en función del número de seguidores que aspiras tener, o te parezcan ser los que mereces. ¿Ahora criticar a un jugador del equipo es bajarte del barco? ¿Solo son viables las felaciones para ser buen madridista? ¡Pues oye! Bueno saberlo, porque igual así es más fácil saber quiénes son tus compañeros en el viaje, todo sea que nos mareemos y no sepamos por qué. Siguiendo en esta línea, no entiendo entonces las críticas a Messi con tanto balón de oro que tiene…igual es que con uno de esos ya puedes borrarte de un partido, vomitar, echar a uno o varios compañeros, robar al país donde resides y mil cosas sin que se pueda criticar. Balones de oro se traducen en inmunidad diplomática, ya no tengo ninguna duda.
Para poner nacionalidad al órgano sexual masculino no hay problema; cada gol suele ser una cena típica de un país diferente, los antimadridistas -que son muchos y creciendo- tienen el sumo placer de poder degustar cenas galesas, francesas y más comúnmente portuguesas. Y todo esto no tendrá nada que ver con subir al barco, ir en carro o tener criterio futbolístico, que ya sabemos todos que otra cosa no…pero conocimiento de ese juego en un rectángulo verde -gris o marrón en peores circunstancias- pintado con cal, sabemos y mucho.
Resumiendo para que nadie se pierda, los balones de oro consiguen inmunidad diplomática y un gol -aunque sea de pascuas a ramos- te convierte en comida suculenta. Al final todo esto no hace sino que me pregunte si la prensa es tan mala como parece -difícil pensar que no lo sea- o si somos nosotros los que definitivamente hemos perdido el norte.
Entiendo que debatir es sano, opiniones diferentes -siempre que se tenga la mente abierta a escuchar- que te puedan dar otra visión siempre es enriquecedor, pero de una época para acá solo vale el “eso no es así”, dando por hecho que nada más vale y si piensas contrario eres “pipero”; se perdió el significado de esa palabra tan nuestra y definitivamente se aplica a todo lo que no baila con nosotros. Se ponen cruces con facilidad a aficionados de nuestro equipo, quizá porque a jugadores no pueden ponerse. La autocrítica y exigencia debe ser característica de otro equipo, el barça, el atlético…porque en nosotros se va perdiendo día a día. La mejor manera de defender es no criticar a jugadores e insultar a quienes sí lo hacen, gracias a Dios aún hay reductos de salud mental que luchan contra los panfletos y noticias relevantes como que Iker quiere un chándal y un fular en su armario (vía GQ).
¿Nadie afín a esta ideología se ha planteado que se puede criticar y más, si es entre nosotros? ¿Qué eso no supone tener que alabar al contrario, aunque pueda hacerse si lo merece?... en términos muy estrictos, eso sí… Cada vez estoy más convencida -y más después de haber estado dentro de un vestuario, lástima que no fuera el nuestro- que sin una crítica, incluso a veces mordaz, no hay motivación posible para esa vida paralela en la que viven nuestros jugadores día tras día. Una motivación que consiga el partido de nuestro segundo capitán en Alemania no es posible sin un penalti con destino en la Luna; así pues solo queda encomendarnos al mejor postor, Dios o elemento -sino es todo lo mismo- que haga que esta plantilla vuelva a la senda que hace unos meses parecía haber sido recorrida por Atila sin que pudiera volver a crecer la hierba.
Mucho se ha hablado del cumpleaños y la famosa fiesta de Cristiano y no voy a comentar más de lo que expuse en mi anterior artículo “De excursión al río”, pero solo por añadir información que desconocen muchos de aquellos que no ven más allá… Nuestro capitán sí salió, no pasó la noche en casa pensando en soluciones que no dar a Florentino Pérez en la también famosa Cumbre de Valdebebas, porque su amada y adorada esposa por todos creyó oportuno celebrar también su cumpleaños ese fatídico día para muchos; ella como buena atlética se vio en el derecho de celebrar acontecimientos como su cumpleaños y la victoria de su equipo la misma noche montando su fiesta paralela, o quizá por “tanto en lo bueno como en lo malo” decidieron por el bien de la pareja que lo mejor era no quedarse en casa. Perdón mi cameo con programas televisivos tan serios…pero nuestro capitán parece dar solo para comentarios de este estilo, porque lo que es parar e imponerse donde tiene que hacerlo …poco.
Volviendo a lo que es fútbol tal y cómo creíamos conocerlo cuando solo los panfletos llenaban nuestras vidas, este fin de semana tenemos una nueva oportunidad -y bastante asequible a mi entender, aunque lo mismo pensé contra el Córdoba- para recuperar sensaciones y que en la vuelta a nuestra competición, nuestro Copyright, nuestra seña, la UEFA Champions League…todo esté ya en su sitio y seamos la pesadilla con la que todos se despiertan sin querer pedir “cinco minutos más”. Tenemos una plantilla como hacía años, quizá algo acomodada en algunas posiciones y con un capitán que no cumple con sus funciones…pero el escudo, Don Santiago Bernabéu y nuestra cordura debe prevalecer para animar así como criticar cuando sea necesario. Deportivo y Elche deben sufrir las consecuencias de estar con la cabeza en otra cosa -que por si alguien se lo pregunta- casi ninguno por no decir ninguno, sabemos, pero las opiniones también pueden partir de suposiciones basadas en conocimientos, experiencias, años viendo situaciones repetidas y por supuesto…criterio personal no influenciado por intereses ajenos al fútbol y más cercanos a Sálvame.
No me puedo despedir sin hacer alusión a #PitadaNo o #PitadaSí y puesto que mi carné ya fue retirado y me faltan años en lista de espera para poder recuperarlo, yo apoyaría una pitada simbólica donde se refleje el malestar y malos días soportados en nuestros trabajos…pero puesto que nuestra afición lo traduciría como pitada a Bale, aplausos a Iker y aumento de paseos al quiosco en busca de su Biblia… mejor centrarnos en apoyar y aplaudir, pero ¡por favor! solo cuando se dejen la piel en el campo.
HALA MADRID…¡Y NADA MÁS!
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