Martin I of Norway



CRÓNICA DEL REAL MADRID CASTILLA 4 – 0 BARAKALDO.

En el encuentro correspondiente a la 26ª jornada del campeonato liguero, el líder recibía a un Barakaldo aupado a los puestos altos de la clasificación. La diferencia de dos puntos entre los contendientes auguraba una piedra de toque para un Castilla que va a más, alzando un vuelo que parece no tener fin. Paul Clèment, Fernando Hierro, Carlo Ancelotti, Lucas Silva y Lucas Vázquez fueron testigos de ello. ‘¡Avanti Castilla!’.

Volvió la victoria. El Real Madrid Castilla suma 3 brillantes puntos en un partido excepcional de los chicos de Zinedine Zidane. La visita del Barakaldo prometía ser de órdago, determinante de cara a los puestos clasificatorios. Pero el Castilla planteó un partido soberbio, en el que el rival nunca mostró ningún tipo de posibilidad de plantarle cara a un conjunto blanco que desplegó su tremendo potencial.

Desde el primer tanteo entre ambos conjuntos quedó claro que sería el equipo local el encargado de tomar la iniciativa en el juego, enlazando jugadas y llegadas al arco defendido por los vascos.

La alineación dejaba entrever que el equipo trataría de tener el balón, y así fue. Burgui, Muñoz, Medrán y Odegaard fueron los hombres elegidos por ‘Zizou’ para bajar la pelota al piso y empezar a jugarlo. De este modo comenzaron a sucederse las ocasiones, el Castilla llegaba con frecuencia y peligro, cuando Raúl de Tomás se inventó una juagada dedicada para todos aquellos haters y detractores de su fútbol. El 9 del Castilla pisó área, y tras dejar en el suelo a varios defensas cedió un balón franco a Martin Odegaard. El noruego cruzó el balón y el 1-0 subió al marcador. 

El corazón que el chaval hizo con las manos al celebrar el gol, fue el presagio que anunciaba que el partido del joven de 16 añitos enamoraría a todos los allí presentes.

La llegada de su primer tanto supuso un hecho determinante que marcó el juego de Odegaard y con él, el del resto del equipo. El noruego comenzó a aparecer más y a protagonizar mayores ocasiones de peligro. La escondía, la mostraba, la pasaba, la metía. El 10 del Real Madrid demostró por primera vez que el futuro es suyo, y que no hay mejor sitio para ganárselo.

En los términos finales del primer periodo un balón despejado por la zaga visitante llegó a los pies de Varela, en la frontal del área. El lateral derecho propinó un zurdazo al balón, que acabó en las redes firmando un gol de bellísima factura. Llegaba así el 2-0 y el descanso. La segunda parte se prometía divertida y relajada.

Al igual que en la pasada jornada en el campo del Amorebieta, los fenómenos metereológicos cobraron especial relevancia en el transcurso del juego. En esta ocasión, fue el viento un rival más que remaba en dirección contraria al Castilla. El balón se frenaba, cambiaba de dirección y juagaba malas pasadas a quien trataba de dominarlo. 

Quizás este hecho propició que el conjunto local pasase por 10 minutos más flojos, que fueron aprovechados por un Barakaldo que, con el viento a favor, se acercó más a la portería defendida por Yáñez.

Tras estos momentos de ‘mamoneo’ el Castilla se repuso y retomó su buen fútbol. Burgui fue destituido (partido flojo del extremeño. Incluso los mejores no pueden estar bien siempre) por Álvaro, con el objetivo de que el equipo fuese más profundo en sus incursiones por el flanco izquierdo. También entró Mariano, el delantero habitual del C, a cambio de Rulo de Tomás.

Fue en los pies del delantero merengue como llegó el tercer gol, el que sellaba definitivamente la victoria. En una acción repleta de potencia y determinación, nuestro 15 sacó 5 metros en 7 al defensa vasco; se plantó ante el portero y le cruzó el balón.

Ya en los minutos finales y jugando a placer, Lucas Torró, inmenso durante todo el partido en el centro del campo, robó un balón y montó un contragolpe que acabaría encontrando a un Medrán pletórico que definiría a portería vacía y cerraría así la goleada.

Final del partido y del espectáculo. Martin Odegaard y compañía siquen en lo alto de la clasificación y aspiran a todo. El genio noruego encandiló a los aficionados y a un Carletto atento desde el palco del Estadio Alfredo Di Stéfano. El joven pisa fuerte, no se esconde, quiere ser el mejor. Madridistas, ha llegado un rey.
@julioseerrano

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