Sin liderato y sin líder


La última derrota del Real Madrid en San Mamés por 1-0 ha supuesto un nuevo chasco para los aficionados madridistas que han visto como al conjunto blanco se le ha escapado de forma fugaz el liderato liguero en apenas siete días. Y es que los de Ancelotti han arrojado por la borda su ventaja de cuatro puntos sobre su máximo rival, el FC Barcelona, al acumular solamente un punto de los últimos seis. Sin duda, un duro varapalo para quienes en sus cuentas no pronosticaban un empate en casa ante el Villarreal y una derrota ante el Athletic.

En muchas ocasiones, la palabra crisis se suele utilizar de forma abusiva y con precipitación pero esta vez podemos decir que el Madrid atraviesa un periodo de crisis, tanto de juego como de resultados y, lo más preocupante, de identidad. Si tres meses antes nos dicen que este equipo no sabe a lo que juega o no sería líder de la Liga, nadie lo hubiese creído. Pero la situación ha dado un giro radical y el Madrid se encuentra en un momento delicado en el que debe reaccionar, actuar y tomar las decisiones que sean necesarias de inmediato.

Ante esta tesitura, todas las miradas se fijan en el técnico Carlo Ancelotti. Cierto es que en un deporte de equipo es muy difícil focalizar la atención en una sola persona, por lo que jugadores y entrenador deberían tener el mismo grado de culpabilidad en la victoria y en la derrota. Aunque si el responsable de dirigir la orquesta no pone soluciones o es incapaz de llevarlas a cabo, es lógico que se le exijan explicaciones al técnico italiano. No se trata de cuestionar el método o la ‘mano blanda’ de Ancelotti pero parece que es el único que no se da cuenta de que algo falla en el equipo y debe corregirlo para que no ocurra siempre lo mismo. Jugadores intocables en el once inicial, siempre los mismos y tardíos cambios, la misma falta de concentración y actitud al comienzo de los partidos y la incapacidad para sobreponerse a la dificultades que se presentan durante el transcurso de los mismos han hecho que se colme la paciencia de aquellos que piden alguna alteración en los planes del técnico para no seguir cayendo en los mismos errores y mejorar la imagen del conjunto blanco.

La temporada pasada se alternó de manera eficaz el dibujo de juego dependiendo del rival, la situación del partido o la disponibilidad de jugadores, pasando del 4-3-3 al 4-4-2 que tan buenos resultados dio al conjunto madridista. Pero esta campaña Carlo se ha obcecado con el 4-3-3 y no ha sido capaz de desdibujarlo para adaptarse a las distintas circunstancias que se le están presentando este año. De la misma forma, aparecen jugadores bastante fatigados debido al exceso de minutos y a las mínimas rotaciones en el once inicial. Un claro ejemplo es Kroos, fundido como cualquier máquina con muchas horas de uso. Y en el otro extremo se encuentra Chicharito, quien apenas ha disfrutado de suficientes minutos para demostrar si podría ser una alternativa válida en la punta del ataque blanco. Mientras tanto, el mexicano disfruta de su Erasmus en España.

En un equipo de la magnitud del Real Madrid, tampoco deberían ser escusa las bajas de jugadores porque para ello se planifica la temporada y el equipo debería contar con suficientes recambios para suplir durante un tiempo a determinados futbolistas. Aunque sí es verdad que a cualquier equipo lo desprendes de dos o tres titulares puede que deje de funcionar tan bien como lo haría con ellos en el terreno de juego. A día de hoy es muy difícil suplir a James, Modric y Sergio Ramos (al Ramos centrado al 100% me refiero).

Esta serie de acontecimientos obligan, como hemos dicho antes, a actuar con precisión e inmediatez para que la Liga no acabe por escaparse y el Madrid pueda mejorar su imagen, juego y resultados. Es por ello que Ancelotti debería desempeñar el papel de líder que el equipo necesita y hacer creer a todos, jugadores y afición, que esta situación tiene una explicación y una solución adecuada. Pero por el momento no es así, parte de la afición le ve incapaz de redirigir al equipo y en algunos medios de comunicación afirman que algunos jugadores no están conformes con las decisiones del míster italiano. Los menos habituales en el esquema de Ancelotti se quejan de su poca participación e incluso algunos titulares que no aprueban sus últimas decisiones. No se quiere discutir el trabajo de Carlo que tantos éxitos le ha dado a lo largo de su carrera pero, aparte de sus tres Champions con ‘mano blanda’, también se debe tener en cuenta que en 16 años de carrera profesional solamente ha conseguido tres campeonatos de Liga, algo que puede preocupar a algunos de cara a la consecución de este título.

Sea como sea, el margen de mejora para Ancelotti se reduce y dentro de dos semanas el Real Madrid se enfrentará ante el FC Barcelona en un duelo que podría decidir casi campeonato liguero por su impacto anímico que provocaría una victoria o derrota sobre el máximo rival y por tres puntos que acercarían o alejarían las esperanzas de alzarse con dicho trofeo. Esperemos que Ancelotti, ya sea con mano dura, blanda o pesada, consiga levantar al equipo y vuelva a ser el equipo que tan bien nos tenía acostumbrados en 2014 arrasando rivales, acumulando victorias y coleccionando títulos. Pero como bien sabemos, no se puede estar viviendo del pasado y el Real Madrid de la mano de Carlo Ancelotti debe cambiar algo, y no solo de chicle precisamente.

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