Autocomplacencia de cera


A estas alturas de la temporada,conociendo la situación actual que está atravesando el equipo,y siendo consciente de lo que está por venir,considero que se trata de un buen momento para echar la vista atrás y hacer un análisis global del conjunto de factores que han determinado el rendimiento de la plantilla en lo que va de temporada.

Frases como: “en las buenas te quiero, en las malas te amo”; “hasta el final vamos Real”; “yo confío en este equipo que nos dio La Décima”; etcétera, etcétera, etcétera son la prueba más ferviente de que las cosas no están saliendo bien.

Y es preciso preguntarse por qué. Por qué un equipo que ha ganado últimamente todo lo que ha ganado atraviesa ahora un bache semejante. Pasar de la autocomplacencia a la autocrítica, de un discurso tranquilizador a uno de rigor. En definitiva, de estar a la altura de la camiseta del Real Madrid.

A diferencia de muchos madridistas, no puedo evitar sentirme plenamente disconforme con el entrenador del equipo. He de confesar que el señor Carlo Ancelotti no es santo de mi devoción. En absoluto. De hecho, le considero un entrenador incapaz, débil y manipulable. Ante estas afirmaciones muchos “carletistas” responden con los títulos que el equipo ha ganado con el técnico italiano al frente del equipo. Pero yo no soy resultadista, no al menos de ese modo. ¿Dónde estaría la Copa del Rey si Gareth Bale no hubiese abusado de los isquiotibiales de Marc Bartra? ¿Qué habría pasado en Lisboa sin Ramos no aparece volando por el área del Atlético de Madrid? Porque sin Ramos, señores, no habría ni Décima, ni Supercopa de España, ni Mundialito de Cubes.

Y eso es así. Ampararse en que con Carlo Ancelotti el Real Madrid ha ganado más títulos es un análisis simple e injusto. Uno ganó lo que ganó jugándole de tú a tú al mejor Barça de la historia, y otro lo ha conseguido en base a fichajes estelares, gastándose el club en dos veranos más de 200 millones de euros. “¿Y con Mourinho no se gastaban los cuartos?” Claro que sí, estimado madridista de la tribuna preferente, pero no en esas cantidades. El fichaje más caro de Mou fue Luka Modric (30 millones),y está de más decir su precio en la actualidad. Al igual que Özil, Khedira o Di María, revalorizadísimos desde que el técnico portugués apostó por sus traspasos.

De todas formas el debate no reside en términos econónimos de fichajes, altas o bajas. Como ya he dicho no soy resultadista, a mí el resultado me importa hasta donde me importa, y luego me pregunto qué es lo que ha llevado a ganar o perder.

No es opinión afirmar que Carlo Ancelotti es un entrenador que ha ganado en todos los equipos a los que ha dirigido. Eso es innegable, y yo no escribo aquí paranegar la evidencia. Ahora bien, a mi eso no me vale. Yo soy más de preguntarme por el trabajo diario,el que no se ve hasta que llega el día de partido, el que te hace ganar y ser competitivo. 

¿Alguno de los presentes es capaz de decirme a qué juega el Real Madrid de Carlo Ancelotti? ¿Alguien entiende cuál es la idea, el trabajo o las variantes que tiene el equipo? ¿Alguien comprende el nulo sistema de rotaciones, la parsimonia, la inexistente capacidad de reacción, la escasa aptitud a la hora de variar el sistema? .

Señores, yo suelo ver los partidos del Chelsea, y esos tienen a un entrenador que anota en una libreta ciertos tecnicismos que luego traduce en variaciones que llevan a un cambio en el devenir de los partidos. ¿Por qué Ancelotti no? ¿Por qué no da alguna voz o cambia algo? ¿Por qué siempre los mismos cambios, tarde y mal hechos? Ahí le tenéis, con el equipo sin capacidad de reacción, mascando chicle y embalsamado cual estatua de cera. A mí no me convence.

“Con mano floja he ganado tres Champions”, y olé. No me vale. Sergio Ramos te salvó el culo en el 92:48, si no estabas fuera. En el Real Madrid no valen las medias tintas. Llegar a una final de la Copa de Europa es harto complicado, pero no es un peaje que te permita dejar de pelear por la liga. ¿Hacía cuántos años el equipo no quedaba tercero en la competición doméstica? ¿Cuántos años sin que el Atleti hiciese más puntos que nosotros? ¿Es acaso La Décima la escusa o pretexto que le va a valer a este entrenador para todo lo que hace? Esa autocomplacencia no está a la altura de lo que exige la inmaculada camiseta del Real Madrid.

Ese resultadismo no es propio de nuestra historia. El Real Madrid es mucho más que La Décima, mucho más que 4 títulos en un año.

Sin Ramos no habría Copa de Europa, ni por ende Supercopa o Mundialito. No se ha de caer en el resultadismo de que con Carletto ganamos más. Hay que tener rigor. Mientras que el Sergio Ramos de Carlo Ancelotti sobrevoló Lisboa, el de Jose Mourinho mandaba a Marte un penalti a las puertas de otra final de Champions. El fútbol son detalles que marcan partidos y campeonatos. Un Ramos nos dejó fuera y otro nos dio la gloria. Y por eso no se puede decir que Ancelotti gana más que Mourinho, porque no es cierto.

Otro de los grandes razonamientos del madridista común es el conocido: “Con Mourinho el Barça nos ganó 5-0”. Es cierto, pero no deja de ser un análisis resultadista. Aquel Barcelona no tiene  nada que ver con el que existe en este momento. El señor Mourinho no perdió 4-0 frente al Atlético de Madrid. Nadie ha perdido tanto contra el Atlético de Madrid. Pero claro, les ganamos La Décima.

Aquellos que se amparan en La Décima para defender y solapar una realidad como esta no están a la altura del significado y relevancia del conjunto madridista.

Y con esto ya acabo. Madridistas, el resultadismo no nos va a traer alegrías, ni victorias ni triunfos. No debemos caer en el fácil discurso de la autocomplacencia, ni nos deben valer esos titulares que da nuestro entrenador diciendo que: “Todo está listo para estar bien en el momento adecuado”. ¿Acaso un entrenador del Madrid puede decir eso después de caer en octavos de copa frente al Atleti? ¿Acaso ese entrenador ha visto cuán volcada estaba la gente ante aquella eliminatoria, cómo fue el seguimiento del equipo por Concha Espina? ¿Qué entrenaron en aquella semana, cómo plantearon el choque? No sabría contestar a estas cuestiones, sinceramente. De hecho, dudo de que se trabajase algo, porque si verdaderamente hay un trabajo detrás no concedes un gol en el primer minuto que sella definitivamente el devenir del resto del encuentro.

En fin, más y más incógnitas y decepciones que restan credibilidad a un entrenador que, desde mi humilde opinión, no está a la altura. Llámenme “hater” de Carletto, llámenme mourinhista empedernido, criticón o negativo. Yo lo que quiero es un entrenador, no un gestor de egos. Quiero un técnico competente, dueño de un vestuario y no de esos que le dan la mano a sus jugadores y que le cojan el brazo. Quiero un míster que trabaje, que se vea su esfuerzo y su dedicación durante la semana traducida en un fútbol eficaz y competitivo. Soy un nostálgico.

Lo que yo quiero es a mi Madrid campeón de todo. El más grande entre los grandes, el mejor entre los mejores. Único entre todos. Hala Madrid, meritocráticos.

Like This Post? Please share!

  • Share to Facebook
  • Share to Twitter
  • Share to Google+
  • Share to Stumble Upon
  • Share to Evernote
  • Share to Blogger
  • Share to Email
  • Share to Yahoo Messenger
  • More...

No hay comentarios :

Leave a Reply

Scroll to top
Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información