El Real Madrid accedió a su 14º final de la Champions tras una actuación muy solvente en la eliminatoria contra el Manchester City. Los más pesimistas y derroteros dirán que hemos pasado la eliminatoria por un mísero 1-0 en propia puerta frente al cuarto clasificado, quizás quinto, inglés; a ellos les recordaría que los ingleses son los responsables de las eliminaciones de Sevilla o PSG en esta edición de la Champions y que en ambas eliminatorias hemos contado con notables bajas: Cristiano y el posterior lesionado Benzema en la ida, y el mismo francés y Casemiro en la vuelta. Jugadores clave para el sistema de Zidane.
El partido comenzó con una tranquilidad y dominio del Madrid propia de lo que se necesitaba hacer: Los blancos mantuvieron el control del balón con facilidad, eludiendo el físico trivote Toure-Fernando-Fernandinho, marcando tempranamente el primer gol y haciendo múltiples ocasiones para aumentar la ventaja. Kroos ocupó con inteligencia el puesto de mediocentro que tanto le hace sufrir, Isco combinó bien con Marcelo para subir el balón sin necesidad de que el maltrecho Cristiano tuviera que correr en exceso, y Jese hizo daño a los centrales con un muy buen juego sin balón que constantemente creaba huecos para Cristiano y Bale. Los que entraron en las posiciones de Casemiro, Kroos y Benzema cumplieron con creces.
Sin embargo la sombra del gol del City, pese a nunca manifestarse sobre Keylor, estaba siempre presente. Cuando Pellegrini sacó a Toure y metió a Sterling, todo el equipo sufrió unos minutos de miedo al conocer que con el ex del Liverpool en banda, el sigiloso De Bruyne podría por fin atacar la espalda de Kroos.
Pero no fue así, primero porque el Madrid subió sus líneas y supo mantener el balón lejos de los atacantes ingleses, y segundo porque la entrada final de Iheanacho supuso la vuelta de De Bruyne a la banda y un alivio para el mediocentro alemán. Por si acaso Zidane respondió a cada cambio con acierto: Lucas entro por Jese para cerrar bien la banda derecha, por donde los ingleses intentaban una y otra vez entrar, y James entró por Isco cuando su cansancio y el del citizen Jesús Navas hicieron aparente que en esa banda había una mina de oro de donde sacar provecho.
Fue muriendo el partido poco a poco, con ocasiones salpicadas pero claras del Madrid que mantenían la tensión por el posible empate del City, pero al final ya con la entrada de Kovacic por Modric para cerrar filas, quedó claro que el 1-0 no se iba a mover. Agüero lo intentó con su única genial de la eliminatoria, pero ni por esas. El Atlético espera.
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