-¿Cómo se traza el camino desde Paradela al Real Madrid?
Ser de un pueblo de Lugo no es fácil, tuve que hacer mucho sacrificio, sobre todo mis padres. No había muchos recursos para jugar al fútbol, así que hasta que no llegué a la cantera del Madrid no me plantee ser profesional de esto. Pero también me ayudó en mi carrera, porque me enseñó a ser humilde, natural, aunque a veces el provenir de un pueblo te hace confiar menos en tus posibilidades.
-¿Le pasó?
Cuando llegué a la cantera del Real Madrid estaba muy verde, antes no había hecho un trabajo específico con un entrenador de porteros, estaba en inferioridad con mis otros compañeros. Sin embargo me tocó con Manuel Amieiro, la persona más importante en mis comienzos. Tuve que echarle más horas que el resto y conseguí recortar ese desnivel. Santi Lozano también fue muy crucial para mi desarrollo físico.
-¿Qué es más difícil: llegar o irse del Real Madrid?
Es igual. Llegan sólo los elegidos y cuesta mucho marcharse del que sabes que es el mejor club del mundo. Y aún más cuando se debe a circunstancias tan particulares como las que me tocaron a mí.
-Cuénteme cómo se dio su salida del Madrid.
Se debió a cuestiones deportivas y extradeportivas, claro. Llegó Keylor Navas y el Milan me permitía mejorar en algún aspecto. No sé si fue una decisión acertada, pero había mucha tensión. Es verdad que podría haberme quedado, pero soy una persona reflexiva y no hace falta ser muy listo para darse cuenta de que me tenía que ir. Un año después pensé que quizás me equivoqué, pero es verdad que la temporada pasada fue muy buena para mí. Digo lo de haberme equivocado porque soy muy madridista y porque es muy difícil irte del Madrid cuando eres titular.
-¿Usted cómo se enteró de que debía marcharse?
Ese verano se habló mucho de la portería. Iker quería salir y se daba por hecho que así sería. Empecé a entrenar y llegó Keylor, e Iker todavía no encontraba una salida. Me reunieron y me dijeron que éramos tres porteros y sólo necesitaban a dos... A partir de ahí fue todo muy rápido, así que pensé que el Milan era una buena oportunidad para mi familia.
-¿Cómo soportó estar sometido a esa lupa diaria?
Siempre permanecí tranquilo porque tenía plena confianza en mí, y estaba preparado psicológicamente para toda esa presión. Creo que lo demostré. Disfruté muchísimo de mi año y medio en el Madrid, estaba jugando en el equipo de mis sueños, lo que siempre había esperado desde pequeño. Pero en mi vida me pasaron muchas cosas que me hacen creer en el destino. No me tomo como un alivio haberme ido del Madrid.
-Su relación con Iker Casillas, ¿cómo terminó?
Iker y yo nos conocimos con dieciocho años y estuvimos juntos casi cuatro. Salíamos juntos a cenar, pero con el tiempo las cosas van cambiando. Siempre nos hemos respetado como compañeros. En realidad no pasó nunca nada, nunca hubo un rifirrafe.
-Pero Mourinho le quería a usted.
Mourinho me quiso dos años antes de ficharme, estando yo en el Sevilla. No era casualidad la confianza que tenía en mí.
-¿Mourinho mantenía una relación especial con usted?
Es una persona tremendamente cercana, la prensa tiene una imagen errónea de cómo es. Apoya 100% al jugador, comparte bromas, sin que eso esté reñido con ser muy exigente. No mira nombres sino el trabajo, mantenía la misma relación con todos.
-¿Pero era verdad que Iker no entrenaba como Mourinho quería?
No me corresponde hablar de ello. Yo hacía mi trabajo.
-Dice Mourinho que Arbeloa es su amigo. ¿Eso es posible entre míster y jugador?
Claro que sí, yo tengo algún amigo entrenador. Arbeloa no jugaba siempre a pesar de ser amigos, pero Mourinho sabe lo madridista que es Álvaro, representa el honor, el ser honesto y trabajador.
-¿Y sus amigos quiénes eran?
Todos me ayudaron, en especial Arbeloa, Xabi Alonso, Di María, Modric... He dejado muchos amigos allí y espero volver algún día y trabajar en el club. Me voy a preparar para ello. Conozco y amo al Madrid.
-A pesar de haber estado en una de las encrucijadas más fuertes que se recuerdan en la 'Casa Blanca'...
Me daba pena por el equipo, es muy feo todo lo que pasó. A mí no me afectaba porque al fin y al cabo me pitaban y aplaudían. Pero quizás no se estuvo a la altura en aquella situación, porque se mezclaron sentimientos que no eran justos ni para Iker ni para mí. Yo tengo la conciencia muy tranquila porque siempre me mantuve en mi sitio y hablé donde tenía que hablar.
-¿Cómo debe ser un guardameta para ponerse debajo de la portería blanca?
El portero del Madrid debe ser una persona muy equilibrada, pensativa, y tener plena confianza en sus posibilidades. No estoy de acuerdo en eso de que los porteros debemos estar un poco locos, la mayoría somos más normales de lo que parece.
-¿Y en la del Milan?
Aquí el fútbol es tan táctico que es todo muy lento. Los defensas juegan muy atrás y el portero debe estar más bajo los tres palos, apenas salimos del área.
-El Milan sigue inmerso en una crisis que se alarga demasiado, ¿Qué sucede?
La temporada pasada fue un año de transición para el Milan. Previamente tenía un entrenador inexperto como Pippo Inzaghi, y con el nuevo, con Mihajlovic parecía que se iba a sumar más pero acabó restando.
-¿Cómo es Brocchi, el entrenador actual? ¿Cómo maneja a futbolistas como Balotelli?
Brocchi es un tipo joven, que le gusta jugar bien al fútbol, pero todavía le falta tiempo para poder conseguir el objetivo. Balotelli es un gran chaval y tiene un buen corazón pero parece que aún no ha entendido bien el mundo del fútbol.
-¿A qué se debe que un chico como Donnaruma, de apenas 17 años, le quite el puesto?
Me sorprendió la actitud de Sinisa Mihajlovic, hizo muchas cosas raras conmigo. Luego llegó mi lesión de rodilla, que me tuvo apartado cuatro meses, y la verdad es que el chaval lo hizo muy bien. Un día a los veinte minutos de partido, por no haber jugado en corto un balón, puso a calentar al portero suplente. Y en otra ocasión, después de que me metan un gol, empieza a hacer espavientos hacia el banquillo. Me faltó el respeto y no sé qué interés tenía en ello, pero sé que detrás de todo había algo raro. Pero bueno, el fútbol va y viene, yo nunca faltaré el respeto a nadie y la verdad es que Gianluigi se merece estar ahí.
-¿Va a seguir en el Milan?
Tengo dos años más de contrato aquí, Me fastidiaría no jugar en la Premier pero tengo 34 años y se agota el tiempo. De todas formas, no cierro puertas a ningún lugar. En verano valoraremos las opciones con mi familia.
-¿Ha cerrado el capítulo de la Selección?
Totalmente. Tenía esperanzas de estar cuando jugaba de titular en el Madrid, pero lo que pasó fue decepcionante. Estaba yendo a todas las convocatorias de cara al Mundial de Sudáfrica, durante todo un año y medio. Y en la última, la semana antes de viajar a Brasil, me deja fuera. Me lo comunicó Fernando Hierro por teléfono un minuto antes de que saliese la lista definitiva. Nunca hablé con Vicente del Bosque ni le he vuelto a ver. Creo que se podrían haber hecho las cosas de otra manera. Lo que me dolió fue la falta de respeto del Seleccionador, porque por defender a un compañero me ignoraba a mí, incluso evitaba pronunciar mi nombre cuando le preguntaban por mí. No valoraba mi trabajo, me hacía sentir como si yo fuera un 'apestado'. La verdad es que me gustaría hablar algún día con Vicente, porque además yo nunca fui un problema para el grupo, estaba totalmente integrado con mis compañeros.
-Entonces, ¿es de los que no ve los partidos de la Selección?
No, los veo todo y me encanta. Nunca me pierdo los partidos del Real Madrid, sigo muy pendiente de la liga española.
-¿Han sido justos con Diego López?
El fútbol ha sido grato conmigo, se lo debo todo, he sido siempre muy feliz, aunque pienso que podría haber hecho más.
-¿Por qué piensa eso?
Porque, por ejemplo, en mis primeros años en el Villarreal tuve opciones de irme a clubes muy grandes, como cuando recibí una buena oferta de la Premier. Pero es verdad que entonces no hubiese llegado al Madrid.
-Le tengo que preguntar por su vaticinio para la final de la Champions.
Creo que es de las ocasiones más difíciles para decantarse por un favorito. Los dos llegan muy bien y el Atleti está en un momento cumbre. Doy por hecho que al Barça no se le escapará la Liga, así que diría que Madrid y Atleti tienen un 50% de posibilidades de ganar en Milán.
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