Como era de esperar, vista la campaña de los terminales mediáticos de Florentino, Rafa Benítez ha sido fulminado como entrenador del Real Madrid. Como en tantas otras cosas, el presidente vuelve a copiarse a si mismo y repite la operación de desgaste del entrenador que hizo con Pellegrini, azuzándole al entonces director de Marca Eduardo Inda. Nada es nuevo con Florentino, repite una y otra vez los mismos errores mientras se suceden temporadas en blanco, seis de las doce que lleva en la presidencia.
No entro a discutir si la decisión de despedir a Carlo Ancelotti fue o no correcta, pero si traes a Benítez porque el italiano consentía demasiado a los jugadores, no le puedes echar a mitad de temporada por tener roces con ellos. Pero no solamente el club no ha respaldado al entrenador, sino que le ha impedido hacer su trabajo. Cuenta Inda que en Valencia, en el que sería su último partido, Benítez quiso dejar a Sergio Ramos fuera del once titular y que "una llamada" le impidió hacer efectiva su decisión. Puede ser verdad o no, pero a mí me cuadra eso de imponer titularidades. Si nos remontamos dos años atrás, tras la conquista de la Décima se filtró (cómo no se iba a filtrar tratándose de quién se trataba) una reunión de Casillas con Florentino en la que este le pidió que se quedara garantizándole la titularidad. La filtración se demostró que era veraz porque ese mismo verano se echó del club a Diego López y se fichó a Keylor Navas para que contemplara desde el banquillo como el hoy portero del Oporto (pobres portugueses) se tragaba todo lo habido y por haber.
En todo caso, por mucho que digan los portavoces oficiosos en la prensa y los paniaguados del club en las redes, la destitución de Benítez es una nueva cesión del club a los caprichos de la plantilla, otro de los errores que Pérez comete una y otra vez.
Ahora Zidane
Y llega Zinedine Zidane, una figura que nos ilusiona a los madridistas. Ahora queda ver si va a poder trabajar o va a quedar enredado en las muchas trampas que pone Florentino a sus entrenadores. La primera de ellas es la plantilla. Salvo en el caso de Mourinho y sólo en su segunda temporada, los entrenadores del Real Madrid no fichan jugadores, esa es una potestad que se reserva Florentino y así sucede, que las plantillas suelen quedar bastante descompensadas, baste el ejemplo de la temporada anterior cuando Ancelotti miraba al banquillo y se encontraba que no tenía quién reemplazara a Xabi Alonso o Di María, jugadores claves en la consecución de la Décima y la Copa.
La siguiente trampa es la alineación. Florentino hace una valoración exclusivamente económica de los jugadores, que no coincide siempre con la deportiva. Para el presidente el once que debe salir deben ser los que más valen en euros, no en fútbol, y si el entrenador no comparte ese criterio vienen las "llamadas" o los recados vía el Chiringuito de Jugones.
Otra trampa, esta con nombre propio, es Sergio Ramos. El central fue renovado hasta 2020 tras un verano de chantaje desde su entorno y enemigos acérrimos del club como Manolo Lama. Si el entrenador no le pone queda en evidencia el monumental disparate que cometió Florentino, con lo que ya sabe lo que tiene que hacer: Tragar con un central indisciplinado y un capitán que cada vez que abre la boca provoca un incendio.
Y por si esto fuera poco, el entrenador tiene que andar con mucho cuidado no vaya a incomodar a los niños mimados del "presi" y se enfrente a un "en junio el míster o nosotros" que ya sabemos como acaban.
A pesar de todo yo confío en Zidane. Hace poco decía que en el Castilla juegan los que han estado mejor en los entrenamientos de la semana y es cierto que introduce muchas variantes entre un partido y otro. En el primer equipo no podrá hacer tantos cambios, pero sí aplicar su filosofía para que los jugadores vean que la titularidad tiene relación con la entrega. Cierto es que en su primera rueda de prensa aseguró la titularidad de la BBC, aún así no creo que permita que algunos se duerman en los laureles.
Otro dato a favor del francés es que él también ha sido un niño mimado del "presi" con lo que a lo mejor tiene suerte y le deja más libertad a la hora de trabajar que a sus antecesores. Pero sobre todo me gusta de Zidane su fuerte personalidad, que es un hombre que no va a tolerar tonterías ni desplantes de niño malcriado tan frecuentes en esta plantilla. Aunque esta fuerte personalidad también puede llevarle a hacer un "Camacho" si ve que no cuenta con las mínimas condiciones exigibles para hacer su trabajo. Esperemos que no por el bien del Real Madrid.
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