La eliminación del Real
Madrid en los cuartos de final de la Euroliga , por un contundente 3-0 a manos del Fenerbahçe turco,
certificó una decepcionante defensa del título continental. Los de Laso, que
desde el inicio de la competición llevaban desarrollando una prestación muy
irregular, en ningún momento dieron la sensación, salvo quizá en el primer
partido de la eliminatoria, de estar a la altura de las circunstancias. La no
clasificación para la Final Four ,
después de tres temporadas consecutivas disputándola, es un paso atrás en la
brillante andadura del equipo y debería ser motivo de reflexión para los
rectores de la sección.
Las lesiones y baja forma
de jugadores claves, la falta de acoplamiento de los fichajes, la fragilidad
defensiva, la debilidad del juego interior, el abuso del triple, algunas decisiones
técnicas controvertidas, la falta de respeto arbitral… son muchas las causas
que explican la desalentadora campaña madridista en Europa y que desde el club
deberían ser analizadas en profundidad. Los fracasos ajenos (Barcelona,
Olympiacos, Khimki y Anadolu Efes tampoco se han clasificado para la
Final Four a pesar de disponer de
importantes presupuestos) no deberían servir como excusa para justificar el
propio.
La temporada no ha terminado
y cuerpo técnico y jugadores tienen que centrarse en la revalidación del título
ACB. Sin embargo, en los despachos ya se debe diseñar, con el mayor sigilo y
discreción posible, el equipo con el que afrontar la próxima temporada. Quizá
la decisión más sensata, o la menos controvertida, sea seguir confiando en el
técnico y jugadores que han devuelto al Real Madrid a la élite del baloncesto
europeo. No obstante, la directiva debería considerar si no es este el momento
oportuno, por doloroso que sea, de iniciar la renovación del equipo campeón. Una
decisión difícil, pero de cuyo acierto depende el futuro de la sección de
baloncesto.
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