@BlancaSntg
Vuelta a la realidad, eso ha sido el partido de Champions
para la afición blanca. Y me da igual si decirlo es darle la razón a Gerard
Piqué o a quien sea. Porque aunque nos moleste el Madrid de este año (y de hace
unos cuantos) es el Madrid que vimos en Alemania. El Madrid sin alma, sin
corazón sin orgullo sin vergüenza y con muchos sinvergüenzas. En el palco, en
las despachos, en el campo, en el banquillo y en la banda.
Lo mejor de todo es que la victoria en el Camp Nou y la
derrota en Alemania no hacen más que confirmárnoslo. Aceptémoslo, el 80% de los
“representantes” del Real Madrid no tienen ni puta idea de lo que es este club
y lo que es aún peor, no les importa.
No les importa porque son más importantes los contratos
millonarios de carreteras, los partidos con sus selecciones, sus canciones de
reagueton, sus viajes a Marruecos, las suplencias, las portadas de los
periódicos, los títulos individuales o cualquier otra cosa que se nos ocurra
antes que el escudo redondo que llevan en el pecho sin respeto alguno.
Y me da pena, pena y
vergüenza de ver lo que somos y los que somos. Me da vergüenza ver a
James reírse en la banda, los problemas judiciales de Karim, me dan vergüenza
los selfies de Cristiano, las fotos con sus “parceros” de Jesé Rodríguez, la
poca madurez futbolística y mental de nuestro capitán, me da vergüenza tener la
camiseta de Isco Alarcón, me da vergüenza confiar en esta plantilla.
Me da vergüenza que ninguno haya aprendido lo que es el Real
Madrid, me da aún más vergüenza que se dignen a llamar a la afición para la
remontada, que alguno sea capaz de mencionar a Juanito, todo, absolutamente
todo me da mucha vergüenza.
Por eso pido que no me llamen, que nadie de esta plantilla
se digne a hacernos un llamamiento, que no nos hablen de remontadas, de 90
minutos en el Bernabéu, que no me digan que somos el Madrid y no nos rendimos, que
no me pidan confianza en ellos, en ninguno.
Que no me pidan nada porque llevan años haciéndolo y
defraudándonos. Que nadie de esa plantilla se digne a hablarme de lo que es el
Madrid en estas ocasiones porque no tienen ni puñetera idea de lo que es.
Por eso el martes iré al Bernabéu con mi camiseta blanca sin
nombre en la espalda.
Sólo con mi escudo, solo con mi equipo. Con mi fé ilimitada
dispuesta a que nos vuelvan a partir la cara, porque nosotros no la escondemos.
Allí estaré, pero no quiero que me llamen porque no lo necesito, no lo
necesitamos. ¿Sabéis por qué? Porque nosotros siempre estamos.
El problema es que ellos sólo aparecen en contadas
ocasiones. Ese es nuestro problema.
Los nuestros son nuestro único problema.
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