Se ha desatado la euforia en la capital. Se nos está yendo de las manos. Nos reímos mucho del Barcelona por celebrar el triplete en febrero. Pero nosotros estamos celebrando la Champions, especialmente tras el sorteo.
Hemos sido favorecidos en el sorteo, porque el Manchester City es un equipo que juega y deja jugar, un equipo sin experiencia en estas últimas fases de competición y con un entrenador mediocre. Por estas razones, no deberíamos de tener problemas para vencerlos.
Pero, recordad, esto es la Champions, y los partidos hay que jugarlos, no existe partido fácil.
También, fuimos teóricamente favorecidos años anteriores cuando salió la bola de la Juventus o el Borussia. Y fueron estos equipos los que disputaron la final. Ediciones en las que se preveía una final española Real Madrid vs Barcelona - al igual que ahora se apuesta por una final madrileña - y finalmente no la disputo ninguno de los dos equipos.
No obstante, no hace falta mirar hacia otras temporadas, porque sin irnos más lejos, este año tenemos el ejemplo del Wolfsburgo en cuartos de final. Rebosábamos optimismo en el sorteo por enfrentarnos a un rival tan débil a priori y hemos sudado sangre, sudor y lágrimas para eliminarlos.
Por tanto, dejémonos de euforias desmedidas y vamos a jugar al fútbol. Como bien nos recordó nuestro capitán: tres partidos más.
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