Inyección de moral


El Madrid gana el Clásico contra todo pronóstico ante un Barcelona que le sacaba 11 puntos en la liga y que llegaba inmerso en una racha de 39 partidos sin perder. Buen partido de Keylor y Pepe salvando al equipo en más de una ocasión, de Casemiro y Kroos en el centro del campo, donde robaron infinidad de pelotas y surtieron de asistencias a un entonado Ronaldo que cuajó un efectivo partido moviéndose por todo el frente de ataque.

Tras el inicio arrollador del Barcelona en la primera media hora en la que era dueño y señor de la pelota además de tener las mejores ocasiones del partido, el Madrid defendía con sus 11 jugadores en propio campo buscando recuperar la pelota para salir rápido con la BBC. Estos contragolpes del equipo blanco no crearon peligro hasta mediada la primera mitad donde ya se empezaron a ver huecos en la zaga culé que hasta el momento había dado la sensación de ser impenetrable.

Si el Madrid fue de menos a más, el Barça al contrario. Ese dominio de posesión y ocasiones se fue diluyendo a favor del equipo de Zidane que cada vez tenía posesiones más largas con Kroos y un omnipresente Modric en el centro del campo. Arriba destacar los movimiento del tridente, Ronaldo se dejaba ver por todos los lados, Benzema venía a recibir como buscaba balones a la espalda y Bale aparecía tanto por izquierda como por derecha.

Se llegó al descanso con el sorprendente 0-0 y con la realidad de que el Real Madrid estaba siendo merecedor de ser el primer equipo en marcar. Tras el paso por vestuarios, se adelantó el Barça en el minuto 56. Saque de esquina de Rakitic que Piqué remata solo en el área pequeña. Es de elogiar la gran reacción que tuvo el equipo tras encajar este gol, se fue para arriba con todos sus hombres, atacando en mayor número que en la primera parte y teniendo el control de la pelota en campo rival. Logaría empatar Benzema 10 minutos más tarde en una contra en la que el francés tras un centro lateral, remata de chilena al palo izquierdo de Bravo.

A partir de aquí el Barcelona quiso imponer su ley de tocar tocar y tocar, pero enfrente el Real Madrid no pasaba apuros. Líneas bien plantadas que el Barça era incapaz de superar. Posesiones larguísimas del equipo culé que se veían respondidas con contragolpes de manual de los de Zidane que cada vez con más peligro se dejaban ver Ronaldo, Bale y compañía. En el 83 vería Ramos su segunda amarilla. El central de Camas no tuvo su mejor noche e hizo demasiadas faltas innecesarias que bien hubiesen supuesto antes su expulsión.

Con uno menos el Madrid se pondría por delante. En otra contra fulgurante conducida por Bale que llegó hasta la parte derecha del área según ataca el Madrid, centró con su pierna menos buena, la derecha, a un Ronaldo que controló y batió a Bravo por bajo, callando así a los que dicen que no marca en partidos importantes.

Quizá este resultado y esta actitud del equipo llegan algo tarde ya que la liga es una quimera, pero da alas a un vestuario y una afición que piensa que jugando como ayer, más de una alegría se van a llevar con la Champions League.

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