Una vez más, ya está de vuelta el enésimo “Partido del Siglo”, “La Madre de todas las Batallas”,… El Clásico ya está aquí, aunque en esta ocasión lo hace envuelto en la tormenta del eterno incendio en el seno madridista.
¿Y cuándo no es fiesta? Sin duda, que siempre. Pero en esta oportunidad, los periodistas y, por qué no decirlo, parte del Madridismo, han sumido al equipo en unas circunstancias que, de ser ciertas, serían casi dramáticas.
Del drama de la dolorosa derrota ante el Sevilla hemos pasado a la sublevación del vestuario que anuncia Marca a bombo y platillo. Jugadores que mandan recaditos a su entrenador y al que muchos sitúan ya al borde del abismo, aun cuando sólo llevamos 12 jornadas disputadas.
Pero la cuestión principal es ¿llegamos tan mal al Clásico? ¿De veras es tan terrible nuestra situación o es todo fruto de la maledicencia de la prensa, especialmente la mal llamada “madridista” y de la imaginación calenturienta de algunos aficionados que nunca están contentos con lo que hay?.
En mi modesta opinión y, parafraseando al inolvidable Joan Laporta, habría que exclamar un sonoro “Al loro, que no estamos tan mal” porque, sinceramente, creo que ni el Barça es el indiscutible líder del campeonato, esa especie de superequipo, mezcla del tembile Barça de Guardiola y del Milan de Arrigo Sacchi, ni el Madrid es la casa de los líos ni estamos en descomposición, a pesar de lo que muchos digan.
De hecho, el Madrid tiene la suerte de que, a menos que la plaga de lesiones continúe de aquí al sábado (algo que visto lo visto es perfectamente posible) ha vaciado casi por completo la enfermería. Una enfermería que, aunque muchos no lo crean, ha hecho imposible que Benítez haya podido contar con su once de gala estos últimos dos meses.
Vuelven James, que ya jugó unos minutos a buen nivel contra el Sevilla y disputó al 100% sus dos importantes compromisos internacionales con Colombia, Ramos, Marcelo y Kovacic, que rayó a un magnífico nivel en su duelo contra España en la Sub-21 croata de esta semana. Además, Bale será nuevamente de la partida, al igual que Keylor Navas y, salvo Benzema, que ayer se resintió y es seria duda, Benítez podrá contar por vez primera con sus mejores hombres.
Aunque suene a excusa, lo cierto es que me gustaría ver qué haría el Barça si, además de la sonada baja de Messi (para la que parecía que se iba a parar el mundo) se le lesionaran Neymar, Suárez, Mascherano y Busquets.
Seguramente, el drama sería mayúsculo y los mismos periodistas (y por desgracia, aficionados madridistas) que se han rasgado las vestiduras por el juego del Madrid estas semanas a pesar de que el Madrid ha solventado con dignidad muchos de sus compromisos.
A todos ellos me los imagino llorando por las esquinas, lamentándose de la plaga de lesiones con el mismo ardor que nos niegan el efecto de las lesiones en nuestro equipo.
En este sentido, resulta curioso cómo las lesiones pueden lastrar al Barça y todos se han de llevar las manos a la cabeza y disculpar que los culés salgan derrotados con estrépito de Vigo o Sevilla y, sin embargo, el Madrid no tiene ni siquiera el derecho de quejarse de éllas. Total, un equipo de su presupuesto ha de tener banquillo más que suficiente para suplir éstas y cuantas más bajas tengamos.
Y es que, por cuestiones de edad, ya he vivido infinidad de Clásicos pero pocos recuerdo con este afán destructivo por parte de la prensa sobre el Madrid. Ni siquiera en los tiempos de Mourinho y las famosas Hienas, la prensa atacó con esta saña a la base misma del club.
Sin embargo, también he de decir que, desgraciadamente, en aún menos ocasiones había vivido un Clásico con ese mismo afán, en este caso autodestructivo, por una parte de nuestra propia afición, para la que últimamente se vive como una tragedia griega cada punto que se pierde, cada gol que se encaja e incluso cada tiro a puerta que se nos dispara.
Y eso que estamos en la jornada 12 y vamos segundos, con una sola derrota y dos empates y apenas a tres puntos del Barça. Habría que recordar a tanto apologeta del Apocalipsis en el que dicen estamos sumidos que, por ejemplo, en la Liga de los Récords de Mourinho, el Madrid afrontó la segunda vuelta a 5 puntos de los culés y tras una dolorosísima derrota por 1-3 en el Bernabéu.
Y del mismo modo, habría que recordarle a los nostálgicos de Ancelotti y su presunto juego preciosista y de toque, que con ese mismo entrenador que nos había llevado a ganar 22 partidos seguidos (no todos con ese jogo bonito) se perdió una Liga.
Una Liga en la que a principios de enero llevábamos 6 puntos de ventaja y un partido menos sobre el Barça y que nos dejó imborrables–por dolorosos–recuerdos,como el esperpento del partido de vuelta de Champions contra el Schalke 04,el partido de Liga contra el Atlético o las semifinales de Champions ante la Juventus.Por tanto,quiero romper una lanza por Rafael Benítez,al que honestamente creo que debemos dejar trabajar.Entre otras cosas,para poder afrontar con una mínima calma este Clásico y evitar caer en catastrofismos baratos y falsos desastres,que ni existen ni en los que,en mi opinión,hay motivos para creer.
Es más, quiero aprovechar esta tribuna para pedir un mínimo de cordura la Madridismo y evitar lanzar las campanas al vuelo. Ni perdiendo, un hecho extrañamente instalado como cierto en el imaginario de muchos aficionados, y menos aún ganando, algo que visto el juego desplegado por los culés este año, me parece ciertamente posible. Sobre todo si, como parece, por fin Benítez podrá contar con sus mejores hombres.
Por último, espero que, si Dios quiere y ganamos esta Liga o algún título importante, los que desde el propio madridismo están propalando una especie de “Teoría del Apocalipsis” porque no ganamos 10-0 todos los partidos y no nos tiran ni una sola vez a puerta (algo del todo punto imposible), se abstengan de ir a Cibeles a celebrarlo.
Total, siempre les quedará el recurso a la victoria vergonzante de Relaño o al triunfo de la pegada…
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