25 títulos,16 años en la élite y 33 años de edad;un palmarés sólo al alcance de muy pocos.Ha levantado todos los títulos habido y por haber,más de lo que cualquier futbolista hubiese imaginado,posiblemente siendo un niño nunca se imaginó llegar a todo ello.Capitán del Real Madrid y de la Selección Española,Iker Casillas Fernández más conocido como "El Santo" o "San Iker".Empezó siendo un niño en la portería blanca,un crío que estuvo en el momento junto,oportuno...varios golpes de suerte que se cruzaron en su camino.Uno de los héroes más precoces que se recuerdan y que él mismo se ha encargado de revertirlo hasta el punto de convertirse en un villano.
Aquel campechano de Móstoles como él mismo se define, tiene el síndrome de Peter Pan, el niño que no quería crecer. El cancerbero no quiere asumir sus responsabilidades, la fuente eterna de la juventud que tan alto le llevo en su carrera ha cerrado el grifo y no aún no sabe que aquel niño tan protegido es ahora un hombre en declive. Se refugia en unos 'padres' ficticios que le consienten una y otra vez; tratan a los aficionados como al niño malo que le hace la vida imposible en el colegio e intentan manipular una y otra vez a la masa madridista. Casillas se niega a reconocer el ocaso de su carrera y prefiere morir como un infame antes que quitarse para siempre el escudo del pecho del club que dice amar tanto. Él no dejará el fútbol, el fútbol le dejará a él, eso sí que debe de ser triste, ya que nada ni nadie lo va a poder impedir.
Se les acaban los argumentos a sus amigos, el veneno que sueltan ni ellos mismos se lo creen. Estómagos agradecidos. La manipulación de masas ya no surte efecto y no les queda más remedio que delatar a su 'cría' cuándo las excusas de Mourinho o demás teorías sin sentido se les desarman. Vosotros no sois periodistas, sois la vergüenza de la profesión. A la vista está cuando se les acaban las premisas y pasan al insulto hacia los Madridistas. No somos ciegos señores, y si el portero o cualquier jugador de nuestro equipo lleva tres años arrastrándose por el campo, se dice y no pasa nada; no es culpa del entrenador del Chelsea, ni del portero del Milán, ni de los que pitan en el estadio, el diablo del 'Santo' no somos nosotros, son ustedes. Sois como el aguijón de un escorpión que se te instala en el cerebro, una barra de hierro que te taladra y anestesia con el veneno que soltáis. Por suerte y para vuestra desgracia el tiempo pone a cada uno en su lugar, todo llega a su fin y lo único que sólo se conseguirá, es que lo que pudo acabar como una leyenda blanca, termine siendo una de las historias negras del Real Madrid. Sea como fuere, Gracias Sara...digo Iker.
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