De nuevo volvía el equipo del pueblo, porque aún no sé si es el que tiene casi dos Champions, el que se vanagloria de encajar los goles que sean necesarios con tal de no reconocer que de donde no hay no se puede sacar, o aquel que tiene 10 orejonas en su palmarés. Quizá, sea el que tiene en su plantilla a Sarabia, ese jugador de la cantera blanca que algún entrenador innombrable, defenestró sin darle opción a demostrar que algún día podría competir por un balón de oro.
No os riáis, que ya os estoy oyendo. El Rayo, ese equipo que no debería por plantilla, calidad, presupuesto -esta vez sí- plantar problemas al Real Madrid, contrarresta su juego impulsivo con la ayuda de la prensa en cuanto a las lesiones merengues. ¿Medrán? Esa lesión no cuenta para ellos
¿Bale? Sí, ¡bingo!, unamos a la hernia una lesión en un dedo del pie. ¿Por qué no?
Perder la coherencia es contagioso y si el denominarle “chupón” no es suficiente para desestabilizarle, inventar siempre puede ser una licencia del autor.
Pero volvamos a lo importante, el Real Madrid. Se ha podido leer “meses de miseria”, estar el malagueño en el banquillo es imperdonable, o pedir que Cristiano sea un 9 es no entender de fútbol -sabemos que los entendidos son muy pocos y nadie puede osar a opinar en contra- y más lindezas que no se pueden criticar; así, en un ambiente tan distendido empezaba el partido contra los otros vecinos, que como en cualquier comunidad, no sabes cuál de tus vecinos es peor.
Llegamos a ese estadio más de indoor que de fútbol de primera división. Con todos mis respetos, por mucho que presuman de dos orejonas, las suyas no tienen el mismo valor que las nuestras. Ese debate que se lo dejen al atlético.
El primer tiempo y hasta el recital de tarjetas que el árbitro nos brindó en el segundo, fue un despropósito en el que los grupos de whatsapp a veces son más crueles que el debate con los mismísimos culés, al menos estos sabemos que no dan para más.
La bilis comenzó a salir por todos nuestros poros viendo cómo ese equipo, ese estadio y esas banderas anticonstitucionales se apoderaban del partido. Llegaba el momento de recordar nuestras últimas visitas a Vallecas e implorar que la paciencia nos invadiera.
Por fin, y tras ver múltiples veces el color amarillo, ese que el Real Madrid no ve porque siempre es el favorecido, empezamos a ver lucha, garra, ganas, ímpetu. Una pena que eso tenga que pasar para que nos despertemos pero… ¡No hay mal que por bien no venga!.
Carvajal, tras estar desaparecido imaginando a Danilo arrebatando el trabajo a un español, decidió subir la banda dejando atrás a su marcador y dando una asistencia perfecta a Cristiano que, en posición de 9, anotó el primero con esa particular celebración. Sí, esa celebración que parecía ser de esas que demostraba la crispación del vestuario, ¡ah no! que eso no corresponde a la época del pacificador. Sea como fuere, no nos hacen falta penaltis, simplemente ataques a nuestro amor propio.
Sabíamos que teníamos que marcar otro gol, que el año pasado tras un 0-3 acabamos pidiendo la hora con un 2-3, así que las autopistas se abrieron y llegó James con un golazo que supone su noveno gol en 20 partidos, uno más que el yerno de España en las últimas 4 Ligas, pero… “Isco for president”.
La prensa insiste en hacer un flaco favor al siguiente objetivo que tienen en mente, tras dejar ya afianzado al capitán. La calidad del malagueño es indudable, solo hace falta que la utilice para el equipo, ese conjunto de jugadores en un deporte alejado del juego en solitario.
Tres puntos más. Los vallecanos -bueno, rayistas - se acostaron contentos viendo cómo solo dos goles bajaban su media de goles encajados, más de 50 van ya, y demostraban que podían discutir… no sé muy bien el qué, pero algo… a los grandes, por no decir… AL GRANDE.
La cueva volvió a abrirse para muchos, mientras los “Casillistas” volvían a sacar los pompones y mojar su ropa interior.
Al final, nada nuevo, de fútbol pocos debatieron, ni qué decir la prensa y Carlo sacó su vena italiana protestando el no penalti a Cristiano.
Un día más todo en orden, pero ante críticas -fuera y dentro-, aficionados que solo buscan notoriedad y comentarios alejadas de argumentos futbolísticos, seguimos en la lucha por la Liga.
HALA MADRID Y NADA MÁS
EL ESCUDO POR ENCIMA DE TODOS
No hay comentarios :