Buenas noches amigos meritocráticos. Hoy me gustaría escribir este artículo a la par que os ofrezco unos consejos en caridad de amigo. Estos consejos van encaminados a qué es lo que tienes que hacer para ser un presidente paupérrimo, y para ilustrarlos, me apoyaré en la figura de Josep María Bartomeu, el actual presidente del Barcelona.
Esta semana hemos vivido ese mágico momento en el que éste ser culpaba al fallecido Tito Vilanova del altísimo coste del fichaje de Neymar. Tiene tela, bastante tela, que para intentar salvar el culo culpes de un fraude a una persona que ya no está, y una persona tan querida por ese sector llamado culé.
En su defensa, Bartomeu afirmó que Neymar era una petición de Tito Vilanova porque no quería lidiar con Villa como delantero durante la siguiente temporada. Hasta ahí lo veo todo normal y lógico; un entrenador pide a su presidente a un jugador mejor o peor para la siguiente campaña, estupendo. Pero entonces, por qué cuando preguntan al señor Bartomeu sobre el fraude saca este tema, algo que no tiene nada que ver con un fraude. ¿Acaso que un entrenador pida un jugador implica que se tenga que cometer un fraude fiscal para obtener a dicho jugador? Tengo la sensación de que no.
Esta ha sido la última hazaña del pésimo presidente que es este señor. Pero echemos la vista atrás, ya que no hace mucho este hombre culpó al Madrid y a su equipo directivo de que se les sancionase durante un año sin poder fichar, llegando a hablar de “Manos blancas” en el asunto. Mi pregunta es, ¿por qué el señor Florentino Pérez no ha suspendido ya toda relación con esta chusma?
Realmente mosquea ver que cada vez que a los de los Valors les va mal la culpa es del Madrid y de su directiva de mafiosos y construyeautopistas. Y mosquea aún más tener que ver como seguimos ofreciéndoles la otra mejilla.
Luego lloran. Lloran fuertemente en ese momento de lucidez de nuestro dirigente en el que decide no albergar la final de una Copa del Rey profanada en la que se tendrán que escuchar barbaridades e improperios contra el himno de este nuestro país, además de contra la figura de Su Majestad el Rey Felipe VI de España que, pese a ser del Atlético, merece también respeto de parte de estas dos vergonzosas aficiones.
Resumiendo y yendo al grano, queda bastante claro la clase de presidentes que comandan el FC Barcelona (Laporta, Rosell, Bartomeu, etc.) y otra cosa que queda bastante clara es que el entorno directivo del mejor equipo del mundo debería empezar a cerrar puertas a semejantes aves carroñeras. Hala Madrid, y nada más.
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