Cuando en junio de 2011 se
anunció que Pablo Laso sería el nuevo entrenador del Real Madrid de Baloncesto,
pocos pensaron (entre los que se incluye el que esto escribe) que el técnico
vitoriano se convertiría en la piedra angular de un equipo que acabaría
asombrando y dominando en España y en Europa. Y no solo por la cantidad de
títulos ganados (12 en estos cinco años), sino por un concepto del juego dinámico,
vertiginoso y divertido que había sido subyugado por el baloncesto de pizarra,
de tácticas que lastraban a los jugadores con fantasía para convertirlos en
meros peones de un tablero de ajedrez donde todo se regía por las decisiones
del entrenador.
También es cierto que Laso se encontró con un grupo de
jugadores de calidad indiscutible (LLull, Chacho Rodriguez, Felipe Reyes, la
incorporación posterior de Rudy, Mirotic), pero que venían de capa caída tras
las etapas de Messina y Molin, y a los cuales el lasismo consiguió recuperar y
hacer que se convirtieran de nuevo en los protagonistas de los periódicos.
El juego de Laso siempre se ha caracterizado por ser un
juego rápido, buscando siempre el extra pass para liberar a sus jugadores
exteriores, mas importantes que los jugadores de dentro de la pintura, y en los
que el ataque siempre debía partir de una buena defensa.
Todo esto le funcionó al equipo blanco hasta la fatídica
final de Euroliga de Milán, en el que un Rice estratosférico destrozó a los
madrileños en la prórroga. Y Laso se dio cuenta enseguida de lo que faltaba al
equipo: carácter y experiencia. Esto se solucionó con la llegada el verano
siguiente de Nocioni y Ayón, y lo que ha pasado estos dos últimos ya lo sabemos
todos.
Pero llegamos al verano de 2016, y se plantean nuevos
retos, como la nueva Euroliga con un calendario agotador y una ACB, que, aunque
de 17 equipos, quiere seguir dominando a pesar de los esfuerzos de sus rivales.
Y en este verano se producen las salidas “esperadas” de K.C. Rivers, Lima,
Willy Hernangomez, el “experimento” N´Dour y la inesperada del Chacho
Rodriguez, que regresa a los Estados Unidos dispuesto a demostrar que en su
anterior paso por la NBA no era todavía completamente él.
Ante estas salidas, a Laso se le plantea la encrucijada
de hacia dónde reforzar el equipo: seguir con el esquema anterior, adaptándolo
a otros jugadores o buscar una evolución de ese equipo “revolucionario” hacia
un juego algo diferente y marcado por la amplitud e importancia del banquillo.
La secretaría técnica del club había trabajado muy bien y ya tenía el roster
planificado con mucha antelación y con excepción de la salida del Chacho, ya lo
tenía todo atado y bien atado.
Así la plantilla del Real Madrid de Baloncesto va a estar
compuesta por los siguientes nombres:
- En el
puesto de base nos encontraremos con
“el increíble” LLull, capaz
de revolucionarte un partido y de anotar la canasta más inverosímil en
cualquier momento, “La perla” Doncic,
en el que tiene que ser el año de su explosión definitiva y que será el relevo
real del Chacho, y el regreso de “Don”
Draper jugador ya conocido por los madridistas, gran defensor, y que en los
dos años que ha pasado fuera del Madrid ha mejorado en lanzamiento y
asistencias.
- De escolta solo tenemos a “Boom Boom” Carroll, tirador excelso desde el
perímetro y que ha mejorado mucho para buscarse también tiros desde dentro de
la pintura y, sobre todo, en lo que era su talón de Aquiles, la defensa.
- Aleros: para esta posición
tenemos a Maciulis, que a
pesar de que la temporada pasada no fue su mejor año, ha renovado por dos años
con los blancos, y aportará como siempre su intensidad en defensa, su acierto
con los triples en el momento necesario, y sus posteos. Jeff Taylor, que tras su gran actuación en la final de la
ACB secando a Satoransky, se ganó su renovación por un año más, en el que se
espera, que una vez adaptado y con ritmo de competición desde el inicio de la
temporada, aporte mucho más, sobre todo en ataque, debido a su extraordinaria
capacidad atlética. Y por supuesto Rudy
Fernandez, que, aunque quizás ya no sea el jugador de los primeros años
por su interminable lista de lesiones y operaciones de espalda, es la chispa
junto con LLull que enciende el sistema defensivo madridista. Intensidad, manos
en todo balón que cruza la zona y su aportación en ataque, que, en días de
inspiración, te solucionan un partido.
- Ala-pívot: en
esta posición vamos a encontrar pocas novedades. El “Chapu” Nocioni que ha renovado por un año, y que sin
duda es el carácter y la energía que le hacía falta a este equipo. Siempre está
en los momentos importantes de la temporada y es el “alma” del equipo. Para mí,
un jugador que debería ir renovando año a año hasta que èl quisiera. “Trey” Thompkins fichado
el año pasado como uno de los mejores Ala-pivots de Europa, y que, por diversos
problemas, no pudo demostrar su potencial hasta los dos últimos meses de la
competición, lo que le ha valido su renovación por dos años más. Alex Suarez, jugador cedido el
año pasado en el Bilbao Basket y que vendrá para completar la plantilla y el
cupo de nacionales obligatorio (sinceramente, yo no le veo jugador para el Real
Madrid, ojala nos sorprenda). Y por último, uno de los fichajes del verano en
Europa, por no decir EL FICHAJE, Anthony
Randolph, jugador total para la pintura madridista, con claro potencial
NBA, y a la que se marchará casi con toda seguridad cuando complete el año que
ha firmado por el equipo capitalino.
- Pívot: como siempre, nuestro
capitán Felipe Reyes encabeza
la lista de pivots del equipo madrileño, y no sabemos con qué nos sorprenderá
este año. Cada año nos aporta su increíble capacidad reboteadora, pero como los
buenos vinos, cada año que pasa mejora en algo. También tendremos al mejor
fichaje del año, que ha sido la renovación del “Titán” Ayón después del culebrón del verano. Pero Laso sabe
que era una pieza indispensable en su esquema y se ha hecho un esfuerzo por
retenerle. Imprescindible, dominador en defensa y en ataque, rápido al corte,
con carácter e implicado en el proyecto. Y por último, aunque en el momento que
escribo este artículo no es oficial, Othello
Hunter pívot poderosísimo y muy del gusto de Pablo Laso, procedente de
Olympiakos, y que para aquellos que no le conozcan, por juego podríamos decir
que es un Slaughter 2.0 con un poquito más de anotación.
Vista esta plantilla, podemos
entender perfectamente a que me refería cuando hablaba de la evolución del
equipo. Los 7 jugadores que componen el juego interior blanco conforman una
pintura realmente temible y con una calidad que pocos equipos en Europa pueden
igualar sobre el papel. La pareja que se adivina titular, Randolph-Ayón, si
consiguen entenderse y complementarse puede ser como aquella inolvidable de
Sabonis-Arlauckas y nos pueden dar muchas tardes de gloria. Por eso, el juego
del equipo de Laso este año se apoye menos en el acierto de sus jugadores
exteriores y se busquen más esquemas para favorecer el juego interior tan
poderoso que tenemos.
Una plantilla acorde a una
temporada que se plantea muy exigente, por la cantidad de compromisos
existentes, y con los jugadores suficientes para dar descanso y poder suplir
las bajas que puedan darse durante la temporada. Y un equipo que a poco que le
respeten las lesiones, es uno de los claros favoritos para aspirar a todo, y
sobre todo, a esa Euroliga que disputará su Final four, salvo cambio por la
situación política del país, en Estambul en mayo de 2017.
Nos preparamos pues a
disfrutar de una temporada que tendrá su pistoletazo de salida con la disputa
en Vitoria de la Supercopa ACB el 23-24 de septiembre.
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