Confieso que me encuentro absolutamente estupefacto por la reacción de prensa y de un sector madridista ante la lesión de Gareth Bale en el sóleo y que, presumiblemente, le tendrá fuera de combate en torno a una semana.
Aunque bien pensado, reconozco que este sentimiento no es del todo correcto. Me explico: De la prensa, que siempre ha visto en el galés el arma arrojadiza favorita contra el club y, sobre todo, contra su presidente, la verdad es que poco o nada me sorprende.
Ni siquiera el infame editorial de Relaño en As o de muchos periodistas, presuntamente madridistas en las tertulias televisivas y radiofónicas al uso, machacando a Gareth Bale, acusándole de dejarse la vida con su selección y pagando ahora el pato de tales excesos con una inoportuna lesión en el sóleo, haciéndole la puñeta a su club que tan generosamente le paga.
Sin embargo, he de reconocer que me ha sorprendido –y no para bien precisamente– ha sido la furibunda reacción de muchos madridistas, que han acusado a Bale de mal profesional o, cuando menos, de estar poco comprometido con el Real Madrid, que es a fin de cuentas, el club que le paga.
No entiendo esos ataques, en especial a un jugador que, desde que llegó no sólo ha tenido que bregar con varias y molestas lesiones sino con la incomprensión de parte de la afición que, a pesar incluso de una primera gran temporada, le sigue negando el pan y la sal.
Su conducta personal, dentro y fuera del campo siempre ha sido intachable. Cuidadoso como pocos de su condición física, jamás se le ha conocido exceso alguno. Es más, ni siquiera se le ha visto en fiestas de ringo rango ni rompiendo tarimas o en cenas de confraternización que acaban a altas horas de la madrugada, a las que sí van otros que, curiosamente, sí tienen el reconocimiento unánime de prensa y aficionados con respecto a su compromiso con el Real Madrid.
Sin embargo, de forma incomprensible, se le acusa de anteponer los intereses de su modesto Gales, a los de su club y muy pocos han querido entender que, a lo mejor, Bale –que no está obligado a no querer jugar– se encontraba en perfectas condiciones para disputar los dos partidos de su selección.
Como tampoco han querido entender que el galés, tal vez llevado por la euforia de haber hecho historia, quisiese darse el gustazo de finalizar en casa una emotiva e histórica gesta como es la de clasificarse por vez primera para la fase final de una Eurocopa.
Por otra parte, y al hilo de lo comentado, ¿alguien ha podido demostrar que exista una relación causa-efecto entre los partidos jugados y esta lesión? Entre otras cosas porque, dicho sea de paso, parece ser que es una lesión bastante leve, a pesar de que oyendo a tanta gente bramar contra el galés, dé la sensación que ha sufrido algo menos que una triada y se haya perdido la temporada.
Pero, y en el supuesto de que así fuese y existiese tal relación, ¿alguien en su sano juicio se cree que, de haber venido lesionado de Gales (como miserablemente algunos han deslizado entre los medios), Benítez le habría alineado ante el Levante?
Pero si hasta el propio entrenador dijo en su entrevista radiofónica en El Primer Palo con Juanma Rodríguez que le cambió únicamente porque le vio fatigado, no porque el jugador refiriese molestia o dolor alguno, ¿por qué hay que pensar que la lesión –insisto, leve–está relacionado con sus partidos con Gales?.
Por último, si crucificamos a Bale por dejarse la piel con su selección, quizás llevado por la euforia de haber hecho historia en su nación (poco dada, por cierto, a celebrar gestas futbolísticas) ¿por qué no hacer lo propio con James, otro jugador absolutamente libre de sospecha?.
Recordemos que el colombiano se avino a jugar un amistoso absolutamente inane contra Perú, a pesar de que el conjunto peruano avisó por activa y por pasiva que iban a convertir el partido en una ensalada de coces, como así fue.
De hecho, una de ellas fue la que se llevó por delante a James y a fecha de hoy, hace más de un mes, sigue sin poder jugar con nosotros. Sin embargo, nadie criticó al jugador madridista por no negarse a jugar aquel bolo intrascendente pero que nos ha privado de su juego para casi dos meses.
Si llevásemos al extremo ese razonamiento de anteponer la selección de su país al Real Madrid, podríamos acusar a James de no respetar a su club y de jugar un partido intrascendente poniendo en riesgo su integridad física. Pero nadie lo pensó entonces y, por tanto, no entiendo por qué se ha de pensar con el galés, estando como estaban ambos, en plenas facultades físicas y con su alta competitiva bajo el brazo.
Por eso, seamos un poco más ecuánimes y tengamos algo más de perspectiva, no tanto por la prensa sino en general por el común de los madridistas que ayer incendiaban Twitter en contra del galés y su presunta falta de compromiso con el club blanco.
La maldita doble vara de medir con la Roja
Para acabar este artículo os confieso que, al hilo de un brillante artículo de Jesús Bengoechea en La Galerna contra Tomás Roncero por un injusto ataque a Bale en Astv.com, me ha asaltado una duda razonable.
Al igual que al autor del artículo, me pregunto qué habría opinado la misma indignada casta periodística del Régimen si el jugador lesionado hubiese sido cualquier futbolista del Real Madrid en alguno de esos bolos que tanto le gusta montar al Sr. Villar y Asociados, quizás en Puerto Rico o tal vez en Las Gaunas.
Evidentemente, mi pregunta es retórica pues sé a ciencia cierta cuál sería su postura ante ese hipotético supuesto: El silenzio stampa, es decir, la callada por respuesta. Es más, tengo más que claro que todo lo más que haría esta gentuza es encogerse de hombros y decir, “qué se le va a hacer, son cosas que pasan”. Pero nadie montaría el gran pollo que están montando desde que el lunes por la noche trascendió la noticia de la lesión del galés.
Entre otras cosas porque para esta jarca de indocumentados y paniaguados de la Prensa del Movimiento, su querido Marqués tiene crédito ilimitado y la Selección es una especie de Arcadia feliz en la que todo es maravilloso y nunca pasan cosas malas.
Lo malo, lo incómodo, lo feo y lo desagradable sólo ocurre en el Real Madrid, y todos, empezando por los más críticos con Bale, aplaudirán con las orejas cualquier decisión procedente del cuerpo técnico de la Roja.
Desgraciadamente, es tal el clientelismo montado por la RFEF con Villar y sus amigos a la cabeza junto con los medios y los patrocinadores, montando un engrudo ya difícil de deshacer, que como en tantas otras ocasiones, lo que decidan Villar y el Marqués del Rencor y el Danacol, bien decidido estará. Y el muerto al hoyo y que pase el siguiente.
Porque si hay un estamento y un grupo en el que la doble (y hasta triple) vara de medir y la moral se ha aplicado, se aplica y, sin duda, se aplicará es el de la infame Roja, donde esta gente tiene montado ya un auténtico Parque temático.
Y de la misma forma que Isco tiene que ser titular por decreto en el Madrid y montan artificiosos debates exigiendo más minutos para el malagueño, ven perfectamente normal que otros jugadores como Iniesta, Cazorla o Pedrito estén por delante de él en el “combinado autonómico” y nadie osa discutir esas decisiones.
Pero ese debate, no por conocido, ya tendremos oportunidad de tenerlo. Y si no, al tiempo…
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