Después de
este movido mes de enero en el Real Madrid, en el que hemos visto más
de lo mismo en el equipo, un cambio de entrenador, a un jugador de la
plantilla llegando a Valdebebas perseguido por la Policía como si de
una película de Hollywood se tratara, una sanción absurda impuesta
por la FIFA que nos dejará sin fichar durante 2 períodos de
fichajes salvo que en esta organización se imponga la cordura, lo
que es demasiado pedir a una institución corrupta de principio a
fin, para acabar viendo en el Benito Villamarín un partido parecido
a los desastres de Villarreal o Valencia, en el que se repitieron los
mismos errores regalando el primer tiempo y faltando acierto en el
segundo, con la diferencia que el pasado domingo ya no estaba Benítez
para echarle la culpa de todo.
Ante esta
desoladora situación sólo nos queda preguntarnos ¿dónde va este
equipo?, y es una cuestión francamente difícil averiguarlo. Hay
quien dice que la llegada de Zidane tranquilizará el ambiente del
vestuario de puertas para adentro y que de esa manera al menos
acabaremos dignamente la temporada, esta opinión es muy respetable y
seguramente lleve parte de razón quien la defienda, pero en mi
opinión es un pobre consuelo para un equipo de la talla del Real
Madrid, conformarse con terminar la temporada dignamente y hacer la
vista gorda para olvidar momentáneamente la larga lista de cadáveres
de entrenadores, que nuestros jugadores actuales llevan a sus
espaldas.
Arriesgarse
a quemar a un mito del madridismo como Zizou dándole una plantilla
que él no ha diseñado a mitad de temporada, sólo tendrá sentido
si se le garantiza una continuidad a largo plazo dejándole las manos
libres para limpiar ese vestuario de egos y de capitanes y estrellas
que se permiten el lujo de elegir con qué entrenador quieren rendir
como si de la carta de un restaurante se tratara. Si a Zidane se le
ha ascendido al primer equipo como un parche temporal, al que
únicamente se le dará la posibilidad de seguir otro año como
entrenador del Real Madrid en el caso de ganar un título, cuando la
plantilla ha derrochado ya una competición (Liga) y el organigrama
del club ha tirado otro (Copa), sería una manera perfecta de quemar
a lo bonzo a un mito del club.
Con tantos
condicionantes en contra, lo más cómodo para Zidane habría sido
quedarse en el Castilla hasta final de temporada para culminar el
ascenso a la Liga Adelante por el que lleva año y medio luchando y
ya en verano hacerse cargo del primer equipo si Florentino se lo pide
o en caso contrario entrenar a la selección francesa si Deschamps
fracasa con los Bleus, sólo por aceptar hacerse cargo de la primera
plantilla del Real Madrid sabiendo todas las dificultades que tiene
el equipo hoy en día, Zizou se ha ganado que le demos un margen de
confianza hasta que encuentre su once tipo y se le perdonen fallos
como el del otro día cuando eligió a Danilo en vez de a un Carvajal
muy superior, y más si hacemos caso a los rumores que nos dicen que
el astro francés se quedó horrorizado el día que entrenó al Real
Madrid por primera vez y comprobó el paupérrimo estado físico de
jugadores como James, Kroos o el propio Danilo.
A todo ello
hay que añadirle esa incomprensible sanción de la FIFA que se
decidió en julio de 2015 y que se ha tardado casi 6 meses en
anunciar, y debe ser que en medio año no le ha dado tiempo a la FIFA
a redactar el razonamiento jurídico que motiva la sanción,
únicamente el club nos facilitó el nombre de los hijos de Zidane y
del hermano de Garay (basándose en que el resto son menores de edad
y la protección del menor le impide dar sus nombres) como muestra de
lo absurdo de esta sanción que la FIFA nos ha impuesto, y que el
departamento jurídico del club tiene que luchar hasta el final
porque Apelación o el TAS, o bien retiren la sanción, o como el mal
menor que nos concedan la suspensión cautelar y nos permitan fichar
en verano y estar todo el año 2017 sin poder fichar, como le pasó
al Barça en 2015, si nada de ello conseguimos tendremos que repescar
a Coentrao, Burgui, Asensio, Vallejo, Diego Llorente o un Lucas Silva
que el año pasado muchos pedían su titularidad indiscutible y ahora
no juega ni en el Marsella de Míchel.
Por todo
ello, el panorama del equipo a principios de febrero es deprimente lo
mires por donde lo mires, así que de aquí a final de temporada
solamente nos queda encomendarnos a que se nos aparezca la Virgen en
la Champions, donde ni siquiera los antecedentes juegan a nuestro
favor, ya que la Roma será nuestro próximo rival y los números
dicen que no superamos una eliminatoria contra un equipo italiano
desde 1987, excepción hecha de la gloriosa final de la Séptima
porque no fue una eliminatoria propiamente dicha, ello no quita que
tengamos un equipo infinitamente mejor al de la Roma, quien también
ha cambiado recientemente de entrenador despidiendo a Rudi García
para repescar a Spalleti, pero también es verdad que tenemos mejor
plantilla que el Villarreal, Sevilla, Betis y demás equipos que nos
han pintado la cara este año más por apatía de nuestros jugadores
que por calidad deportiva.
Por lo
tanto, sólo nos queda confiar en que Zidane sabrá reconducir esta
preocupante situación aunque los síntomas vistos hasta ahora en el
que Zizou se ha entregado a los pesos pesados del vestuario,
relegando a los meritorios como Nacho o Lucas Vázquez, que no dan
una voz más alta que otra aunque se les margine, frente a los que
lloran cuando no juegan como hicieron los Rodríguez con Benítez,
uno pidiéndole a su seleccionador que critique al entrenador del
club que le paga y el otro mandando a su influyente agente a mover
los hilos entre sus periodistas de cámara para que clamen por el
sacrilegio de que a un entrenador se le ocurra no convocarlo contra
el Rayo por llegar al entrenamiento previo en malas condiciones
porque se le alargó demasiado la noche anterior. Y eso sólo por
poner 2 ejemplos, de cómo sólo nos queda confiar en unos jugadores
que cuando se lo proponen no paran hasta que echan al entrenador que
no les baila el agua.
Hay quien
prefiere confiar en que Zizou hará milagros y quien prefiere hacer
la vista gorda sobre los jugadores que en el mito francés sí
creerán, sin tener en cuenta que en el momento que haya algún
problema chantajearán al presidente para que se lo cargue, así que
a mí sólo me queda esperar a que pase esta temporada lo más
dignamente posible y mientras esperamos un milagro en Champions, sólo
queda confiar en que en verano podamos fichar y se haga caso a Zidane
a la hora de remodelar la plantilla el próximo verano, porque si no
sabe él las necesidades de la plantilla cuando lleva años estando
muy cerca de ella, sí que nos podemos dar por jodidos. A la
expectativa de la cautelar y de la voladura controlada que este
vestuario necesita, únicamente nos queda observar la agonía de un
proyecto que nos conduce imparable hacia la irrelevancia.
Esto lo debe escribir un catalán... Hala Madrid siempre a pesar de los catalanes que se alegran de los males nuestros porque somos los mejores y con Zidane vamos a ganar todo lo que nos queda. Por cierto, ¿es verdad eso que se dice que vuelve Casillas? Ojalá y no sean bulos de la prensa catalana...
ResponderEliminarNacho Zafra.