No cabe duda de que Cristiano Ronaldo es un jugador especial.Mientras que el resto de futbolistas profesionales se dedican en el terreno de juego a disputar un partido contra el equipo rival,el de Madeira tiene que afrontar un doble envite:el partido contra el rival y el partido contra las cámaras que escudriñan cada uno de sus gestos todas las jornadas.
La verdad es que Cristiano Ronaldo ha sido un auténtico coñazo para la prensa amarillista. Con su llegada a España, muchos fueron los que especularon sobre dónde rendiría más el portugués si en el campo o en las discotecas madrileñas. Al quedar certificada la vida quasi monacal del portugués , la crítica extradeportiva pronto se centró en su comportamiento en el campo.
Como decía, la campaña de desestabilización del jugador franquicia del Madrid ha sido una constante desde su llegada a España. Sólo tuvo una época de paz mediática cuando el de Madeira sirvió a un fin mayor, echar a Mourinho. Pero eso ya pasó y la atención de la prensa se ha vuelto a centrar en Ronaldo y sus gestos. Pronto habrá una sección fija en cada programa que recibirá tal nombre. Y es que han sido suficientes 3 partidos de "sequía" para que un jugador cuya temporada consta de 53 goles y 21 asistencias se haya visto cuestionado a todos los niveles. Más allá de los números que le acompañan, esta temporada estamos ante la constatación de que la leve caída física de Ronaldo nos está mostrando un jugador que cada día juega mejor al fútbol. El aumento en su comprensión del juego no sólo se evidencia por el gran número de pases de gol que llevan el sello del portugués, sino también por la certeza de que sus acciones, con y sin balón, siempre tienen la intención y el potencial de sumar para el equipo.
Resulta evidente de toda evidencia que nada de esto evita que Ronaldo esté bajo los focos de una prensa que, ante el silencio con el que ha sido condenada por el portugués desde el penoso tratamiento que se hizo de su fiesta de cumpleaños, no duda en dedicar mayor cuota temporal a sus gestos que a sus buenas acciones. Pero mi principal critica no va dirigida a ese tipo de prensa, ya que la misma en su pecado seguramente ya esté empezado a sufrir la penitencia, sino hacia aquellos madridistas que compran el mensaje y a la mínima acción desafortunada del portugués le castigan con una miserable pitada, que desde luego no es mayoritaria, pero si notoria. Pitar a un jugador que se exige a si mismo la perfección y que pone los medios necesarios para aspirar a conseguirla, sólo pude tener un efecto pernicioso en el mismo. Por tanto pisarle es un perfecto ejercicio involuntario de antimadridismo.
En sus casi 6 temporadas Cristiano está a punto de batir todos los récords goleadores del mejor Club de la historia. Además de la búsqueda de títulos colectivos (poco más se puede hacer particularmente por conseguirlos), Ronaldo se encuentra en una pugna histórica con un jugador de leyenda, Lionel Messi. A parte de su increíble talento, el argentino encuentra en el Camp Nou y en la prensa catalana un trato que potencia, si cabe más, su trayectoria. Ronaldo es tan increíblemente bueno que por muchos momentos ha estado objetivamente por encima de Messi y me avergüenza que no se le trate como el mito viviente que es por parte del Bernabéu. Precisamente por no contar apenas con el favor mediático, mayor debería ser el apoyo de un público que dentro de unos años pensará con orgullo y nostalgia que vio jugar a Cristiano Ronaldo. Pitar a Ronaldo es una muestra de desagradecimiento, de pragmatismo, pero fundamentalmente evidencia un desconocimiento total de lo que es el fútbol.
¿Estoy diciendo que el comportamiento de Ronaldo siempre sea impecable en el campo de juego? Por supuesto que no. Como a todos, algunos de sus gestos me han desagradado. Lo que pasa es que ese carácter inalienable al jugador probablemente haya sido decisivo para forjar al crack que hoy es. Solo esa ambición desmedida le ha servido como alimento suficiente para convertirse en un jugador legendario. Como aficionado al fútbol y madridista solo me interesa el partido que Ronaldo juega en el campo. No pretendo ver en él al yerno perfecto, pero si nos vamos al análisis de la persona que la mayoría de nosotros desconocemos profundamente, creo que pocos jugadores habrán demostrado mayor generosidad con los desfavorecidos que el jugador portugués.
Llegará un día en el que el fútbol deje a Ronaldo. Desde ese mismo día los madridistas empezaremos a añorar al jugador al que algunos ahora no valoran como merece. Ayer en el bar en el que veía el partido, los únicos comentarios que se escuchaban a su actuación (antes de meter los 2 primeros goles, claro) eran acerca de su pésimo porcentaje de acierto en las faltas. Que el espíritu crítico no nos impida valorar el jugador que tenemos. Dentro de unos años, aquellos críticos sólo podrán disfrutar retrospectivamente. ¡Hala Madrid!
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