Quien sepa matemáticas, sabrá, que el límite de la función de crecimiento exponencial, cuando tiende al infinito, es infinito, pues nunca se cansa de crecer. Persigue su objetivo inalcanzable, no tiene un límite definido, pues, acaso tú, que estás leyendo esto ¿sabes que numero es el infinito? Yo tampoco. Sin embargo, si se sabe que numero es el límite cuando la función exponencial tiende al infinito negativo, y ese límite es el cero.
Comparemos ahora, la vida de una persona, la vida de una persona que nace en lo más bajo, pero nunca llega a tocar el cero absoluto, pues ya por ser persona es alguien. Pongamos también que esa persona es un tanto menos agraciada en lo adquisitivo que cualquiera que goce de un trabajo digno y no tenga vicios. Ahora quiero dotar a esa persona de una disminución en la máquina que es capaz de impulsarle, el corazón. Pero a cambio, le voy a dar una capacidad grandiosa de superación, una capacidad de crecimiento indecente, un crecimiento exponencial y lo más importante, una oportunidad de demostrar su valía y su capacidad de superación y de ambición.
Sin duda, esto no miente, la función exponencial siempre crece, es estrictamente creciente siempre. Pero como no me gusta usar continuamente la locución función exponencial, la voy a llamar Cristiano Ronaldo, ¿os parece?.
Ahora vayamos al Cristiano real, el futbolista, el que crece exponencialmente sea cual sea su valor, estado anímico o físico. Supongo que no os voy a decir nada nuevo, pero los halagos para su crecimiento no se acaban. Si bien merece la pena decir que su físico predispuesto le ha allanado el camino al crecimiento exponencial, también es menester decir que nadie le ha regalado nada.
Empezando por su familia, una familia pobre de los barrios de Madeira, cuyo sustentador era adicto al alcohol, el sumidero de su dinero, y por tanto hoy en día, de sus oportunidades. Hasta los principales organismos gestores de su vocación, el futbol, como son las cada día más corruptas FIFA y UEFA.
A todos nos duelen los oídos de oír hablar a dos tipos cómicos que no triunfaron en esa su vocación. Dos cómicos que como tales, poco pueden saber de una actividad que solo critican los que no la saben apreciar, los que sienten, que no son capaces de amar un deporte que tiene como mejor representante a Cristiano Ronaldo.
Que un cómico pida un premio de fútbol para alguien, es como que un doctor en análisis matemático, el cual está más capacitado para entregar un premio a una función exponencial que un cómico, de un premio al mejor juez de la faz de la Tierra. Por lo tanto, yo no sé por qué, dan premios que se supone son de prestigio a nivel mundial, tanto futbolística como mediáticamente hablando. Esto, solo hace que los premios pierdan valor, y más aún cuando los que conceden los premios son personas que no tienen mentalidad renovada, que no se ajustan a la actualidad y que no son capaces de ver el talento.
Premios como el Balón De Oro, no deberían ser otorgados por personas que jugaron al futbol hace muchísimo tiempo, donde todo se basaba en el juego individual, pues nuestro querido futbol, es un deporte de equipo, y sin equipo, no se hacen buenos jugadores. Los premios, deberían darlos jugadores para jugadores, sin la mediación de lo personal, sin la intersección de los favores debidos. Los premios se han de dar a quien hace méritos para ganarlos, y ese merito, es igual para todo el mundo, por lo que los premios deberían de ser objetivos. Pero en un mundo donde no hay nada objetivo, encima no se les puede dar voz de voto a los que menos objetividad aportan.
Como un gran sabio dijo, permitidme salvar las diferencias, hay iluminados que creen saber más que los que de verdad manejan el tema. Y eso queridos madridistas es lo que pasa en un mundo que no quiere ver que hoy en día estamos asistiendo al juego de uno de los mejores jugadores que ha podido ver este fantástico deporte. No quieren verlo, los que se suponen que deberían de verlo no lo ven. El papa, no es quien para dar un premio de matemáticas.
Solo me queda agradecer enormemente a Leaniz, por la maravillosa oportunidad que me ha brindado de poder escribir para esta página, la cual no deja indiferente a nadie.
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