Carlo, el recuperador

Corría el minuto 39 en el partido ante el Cruz Azul cuando el árbitro señaló penalti de Ramos sobre Pavone. Lo que pasó el minuto después es que Torrado lo lanzó de forma bastante ingenua y defectuosa y Casillas lo paró. El viernes de la semana pasada, con un marcador más comprometido ante el Almería, Casillas volvió a detener otro penalti esta vez a Verza. Esta circunstancia me hizo reflexionar si, fuera de la consideración que tengamos cada uno hacia su actuación a nivel personal y profesional los últimos años, Casillas está recuperando poco a poco su nivel y su duende. Parece evidente que tras una época a un nivel mucho más bajo que el habitual, Iker ha recuperado parte de la seguridad que antes atesoraba y con ello el equipo está ganando en seguridad defensiva. 

Pero este análisis que muchos lectores podrán considerar ventajista quiere alejarse de tal consideración puesto que no pretende ceñirse a la mejora del guardameta de Móstoles, sino a como Ancelotti ha demostrado con varios ejemplos su capacidad de recuperar a futbolistas cuestionados y vilipendiados por la opinión pública. Pongamos algunos:

Di María el año pasado era un jugador que hasta diciembre estaba jugando a un nivel lamentable en el Real Madrid. Normalmente no partía de titular y cuando entraba en el campo solía ocupar el extremo derecho. En esa posición se perdía y ofuscaba y el público empezaba a mostrarse arisco con él. Todas esas circunstancias crearon el perfecto caldo de cultivo para el famoso acomodamiento. Por tanto se daban todos los ingredientes para que el italiano lo relegara al fondo del banquillo y diera orden para su salida, sin embargo supo ver en el argentino un activo para el equipo y lo desbloqueó con un cambio de posición que resultó fundamental para los triunfos del año pasado. El argentino pasó de ser un problema a una solución original.

Con Benzemá pasó algo parecido. Parte importante de la prensa y del Bernabéu la emprendió incomprensiblemente con este jugador. Se hacía alusión a su falta de gol (dato empíricamente absurdo de toda absurdez) y a su nulo sacrificio (por no gustarle perseguir balones imposibles).  Fue constante durante un tramo importante de la temporada pasada la campaña a favor de Morata en su pugna con el delantero galo. Un entrenador populista y en busca del aplauso fácil hubiera tenido la tentación de caer en el error de sentar a Benzemá, sin embargo desde la confianza depositada en el mago francés, éste ha subido varios peldaños su rendimiento a todos los niveles mostrándose, en mi opinión, como el mejor delantero del mundo y el más compatible con los dos bichos que componen junto a él la BBC bautizada por Coto Matamoros. Este mismo verano el italiano ha mostrado de nuevo su confianza en el galo no solicitando, al menos públicamente, la contratación de ningún delantero de postín que comprometiese la titularidad de Benzemá.

Otro ejemplo que me parece bastante evidente es el de Pepe. No debemos olvidar que la última temporada con Mou, acabó relegado al banquillo ante un incipiente Varane. Pepe había salido de una lesión complicada y rondaba la treintena. El esplendor físico que antaño había mostrado parecía marchitarse como hoja en otoño. Sin esa exuberancia física de Pepe no se podía rescatar demasiado y eso unido a sus desconexiones mentales le hacían un jugador fácil de descartar. Bien es cierto que la lesión de Varane le facilitó a Ancelotti la decisión de confiar en el portugués al principio, pero no podremos negar que la subida de nivel del número 3 ha sido tan inesperada como variada por la amplitud de sus vertientes. A día de hoy y, espero que hasta el final de su carrera, Pepe ha dejado de lado sus problemas de control emocional en el partido que conllevaban sus habituales Pepadas en partidos importantes, así como sus agresiones en momentos candentes. Ahora el portugués es un jugador que prácticamente no comete errores y que no precisa realizar faltas para imponerse al contrario. Valga como ejemplo que sólo lleva 5 faltas en lo que llevamos de liga y no ha sido aún amonestado. Además parece claro que Pepe ha recuperado su fulgor físico que le hace condicionar tanto el ataque enemigo y acompleja a tantos delanteros que pierden todas las carreras con él.

No quiero extenderme más en los ejemplos, pero parecen evidentes los progresos también de determinados jugadores como Jesé , Isco y Carvajal que día a día parecen mejores jugadores.

Resulta elocuente que el italiano entiende mucho de fútbol y contra los que algunos pregonaban tiene la personalidad y paciencia suficiente para esperar  a algunos jugadores que sólo necesitan tiempo y calma. Donde el italiano ve potencial no se amilana y, como escribía la semana pasada, privilegia la inclusión del talento por encima predeterminismos  u opiniones públicas dirigidas. Además estas decisiones del italiano capitalizan al club en términos económicos. El valor de mercado de muchos de estos jugadores se ha visto incrementado por la mediación del técnico. Un claro ejemplo es imaginar el precio de venta que el Madrid hubiera exigido el pasado enero por Di María. Sinceramente, a día de hoy no se me ocurre mejor entrenador para este equipo. ¡Hala Madrid!

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