Al
Real Madrid se le ponen las bolas calientes cada vez que le mencionan la
Champions, y como no, si entre todas las competiciones, es la más guapa. La
Champions por su parte, algunas veces se pone exquisita y exigente (el viejo
truco de hacerse la difícil), hace sufrir al Real Madrid, aunque se muera por
correr tras él. Pretendientes le sobran, y a veces de mala gana se distrae con
uno que otro, nada serio, solo para pasar el rato, pero al final siempre vuelve
con su primer y más grande amor. Hay química, chispa o un hilo que aunque
algunas veces se enreda, nunca se rompe.
Como
en toda relación, nunca falta el intruso acomplejado y envidioso que quiere
interponerse entre los dos, pero el Real Madrid siempre está, no uno, sino
varios peldaños por encima del resto. ¿Capisci, Xavi? Eso pone al Real Madrid con
ventaja en esta conquista. No es que vaya de sobrado, porque tiene claro que el
camino es largo y hay senderos con peñascos, serpientes ponzoñosas y enemigos
que le harán la guerra, pero el Real Madrid no se amedrenta ante nada ni nadie,
y siempre lucha hasta el final, sino que le pregunten al Atleti.
El
Atleti y otros cuántos pretendientes más, han estado a punto de preguntarle al
Real Madrid cómo es que hace para conquistar el corazón de la Champions, pero
al final los detiene el orgullo y la soberbia. ¿Acaso no saben que preguntando
se llega a Roma? A Milán, a Cardiff y a cualquier parte del mundo.
Algunos
pretendientes motivados por aquella fábula del hombre más sabio del mundo que
vive en el pico más alto del Tíbet, ya quieren organizar una excursión para
entrevistarse con el sabio y preguntarle ¿Cómo se hace para ganar el corazón de
la Champions? Pobres, igual y se encuentran en la cumbre de la montaña una bandera,
♫ limpia
y blanca que no empaña…♫
y al sabio vestido de blanco y con un escudo redondito en el pecho. Sería
tremenda la impresión. Bajarían rodando de un solo porrazo.
A
diferencia de los demás pretendientes, el Real Madrid, bien curtido ya en el arte
de conquistar Champions, no espera a que suene su himno para empezar a
cortejarla. NO! Él parte por delante de sus rivales y le habla bonito desde
antes. ¡Todo un galán!
Por
aquello de que el primer amor nunca se olvida, el Real Madrid ya le ha hablado
bajito al oído a “La Orejona” (así le dice de cariño), y aunque no alcancé a
escuchar muy bien lo que le dijo, creo que le susurró algo como: “Todavía recuerdo nuestro primer encuentro, como si
fuera ayer, y el último también, desde entonces no he dejado de pensarte” -La Orejona se sonrojó y le respondió con un: “No
exageres.” El Real Madrid se apresuró a sacar de su billetera algo y le
dijo: “Aún conservo la foto, mira:”
No
conforme con aquello, también le ha mandado un ramo de rosas blancas envuelto en papel color morado *-* ¡Que detalle! Y para la tarjeta eligió un poema de Jaime
Sabines:
"Te quiero como para
invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a
caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas. Te quiero como para
volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te
quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento, y contarte que es
ahí donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la
noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. Te quiero como se quiere a
ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás".
Al
final, antes de garabatear su firma, añadió “Con amor, su más ferviente
admirador que la desea con vehemente locura”. Una frase repetida que
había leído en algún libro.
La
Champions suspiró, luego aspiró y llenó a tope sus pulmones con el aroma de las
rosas… con la mirada perdida y contando los días para estar en Cardiff.
Dejando
el romanticismo -o cursilería para algunos- a un lado, es sorprendente y épico
que el Real Madrid sin proyecto, sin modelo, sin mapas, sin brújula, pero con
una camiseta blanca, que le queda de puta madre, siempre se las arregla para conquistar
la Champions. Lo que se hereda no se hurta, y el Real Madrid nació guapo. ¡Qué
le vamos a hacer!
Hala
Madrid! A enamorar la Duodécima y nada más.
@Estela_Estrada
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