Tras rescindir el contrato del pívot debido al estado de sus rodillas, el jugador se niega a firmar el finiquito, sigue acudiendo todos los días al Martín Carpena para entrenarse en el gimnasio, y propone al club una alternativa para poder seguir.
Su representante ofrece que el jugador continúe en el equipo, y en caso de lesión, dejaría automáticamente de percibir su salario. Unicaja descarta por completo esta opción, y tras comprobar que el estado de sus rodillas no es el idóneo para afrontar un calendario repleto de partidos, ha decidido dar por concluida la relación contractual.
Y es en este punto donde se genera el desencuentro. Mbakwe se defiende diciendo que en el primer examen médico no le detectaron ningún problema importante, y de hecho, ha jugado en pretemporada y entrenado sin aparentes problemas. No va a firmar la rescisión del contrato, continua acudiendo diariamente a su puesto de trabajo, y asegura que, llegado el caso, denunciará ante FIBA.
En Unicaja tienen muy claro que el jugador no se va a quedar. Era uno de los fichajes estrella, un hombre llamado a marcar las diferencias en la pintura, pero su estado físico genera muchísimas dudas. La opción de que continúe, no cobrando en caso de ser baja, está descartada. Se prefiere fichar a otro jugador y ya se negocia con el senegalés Ndiaye.
Triste y repentino final en Málaga, para un jugador al que hace un año se disputaban Barça y Maccabi, y que tras una mala temporada en el equipo macabeo, parece confirmar que pueden haberse acabado sus mejores días para la élite del baloncesto europeo.
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