El caso Morata


Me gustaría usar estas líneas para expresar mi más sincera y profunda indignación tanto por el entorno de Álvaro Morata como por la presión mediática que ejerce el mismo. También usaré estas líneas para desahogarme, sin duda.

Álvaro Morata Martín debutó en la temporada 2010/11 de la mano de José Mourinho y a partir de ahí fue combinando convocatorias con el primer equipo y el filial firmando incluso en julio de 2012 un contrato con el primer equipo. Sin embargo, no fue hasta la 2013/14 cuando se consagró definitivamente como jugador de la primera plantilla del Real Madrid, bajo las órdenes de Ancelotti. Tras finalizar ese curso puso rumbo a Turín debido en gran parte (o en su totalidad) al exuberante estado de forma de Karim Benzema y, por ende, de la escasez de minutos de los que disponía el jugador madrileño. Dos años después, y tras haber ganado dos Escudettos y marcar el gol que eliminaba al Madrid de las semifinales de la Champions League del ejercicio 2014/15 -declarado por él mismo como su favorito- (de risa) el club blanco ejerce la opción de recompra desembolsando una cifra cercana a los 30 millones de euros.

Tras haber descrito con objetividad y ecuanimidad de una forma sinóptica la trayectoria del jugador paso a describir la bochornosa operación mediática capitaneada tanto por su padre como por su abuelo y que tiene como fin último conseguir la titularidad absoluta del canterano acaparando numerosas portadas. Execrable es poco. 

Alfonso Morata -padre del jugador y ex director comercial de la Cadena Ser y de la Cope aprovechando su más que notable coyuntura económica y sus contactos más que evidentes con la prensa deportiva -además de exprimir el cartel de  'canterano humilde y trabajador' de su hijo para después vendérselo al piperío conformista y a los medios de comunicación- ha movido los hilos necesarios para poner a "su muchacho" de titular. No es casualidad que un jugador habiendo marcado tan sólo 7 goles la pasada campaña acapare portadas y que sin ir más lejos tenga un privilegio especial en la radio; como quedó patente cuando un periodista de la SER remarcó a Alfonso lo bien que le trataban a su hijo. ¿¡Dónde quedó la imparcialidad periodística?! En fin, vomitivo es poco. 

Mención aparte tiene el vídeo, demoledor como él sólo, en el que su abuelo Ignacio (ferviente seguidor del Atlético de Madrid) y el propio Alfonso se recrean diciendo tales cosas como: "Mi hijo me ha comentado varias veces que no podrá hacer nada en el Real Madrid, que tiene un muro no futbolístico con la BBC" -por parte de Alfonso- o como "Por mí que pierda el Madrid en un derbi Madrid-Atlético de Madrid y que mi nieto marque dos goles" por parte de su abuelo, naturalmente. Estas declaraciones, en especial las del padre, son un verdadero dardo para el Real Madrid pues atentan directamente a la gestión y planificación del club blanco, atacando también de manera rastrera y barata a la BBC, un trío envidiable. 

Ciertamente el hecho de tener a Álvaro Morata, bajo mi humilde punto de vista, es tóxico y nocivo para el club y para el vestuario. Los protegidos de la prensa por antonomasia suelen acabar mal por lo que su padre le está haciendo un flaco favor a su hijo. Es evidente que el club cuenta con él, como también es de perogrullo que tiene que ganarse el puesto en el campo. Empresa ardua teniendo al mejor '9' del mundo la verdaderamente. 

Por el bien del club, del vestuario, y sobretodo de él mismo debería cesar está campaña vil, cobarde, rastrera, ruin, mezquina y bochornosa como ella sola.

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