Con la nueva afrenta contra el Real Madrid,consistente en negar al Estadio Santiago Bernabéu su valor de sede para un amistoso de nuestro equipo nacional,se confirma que La Roja no es la selección de todos los españoles,sino solamente de quienes son convocados periódicamente por el Marqués.
Si hace bien poco tuvimos ocasión de desvelar el filisteísmo del Marqués del Bosque, tenido por madridista cuando aprovecha cualquier micrófono disponible para atizar al club de toda su vida, aparte de su condición de mediocre entrenador, los últimos acontecimientos que han rodeado a nuestra Selección Española confirman que el Marqués de nuevo cuño ha formado en torno a sí a una secta que pretende suplantar a la selección nacional. Sólo de esta manera se comprende que haya aconsejado a la Real Federación Española de Fútbol suspender el amistoso que teníamos previsto jugar el próximo 13 de Noviembre en el Estadio Santiago Bernabéu con Inglaterra, para trasladarlo al Estadio Rico Pérez de Alicante. El motivo del cambio ha sido hecho explícito: se teme una nueva pitada sobre el mercenario separatista Gerard Piqué.
Con todo el respeto que merecen los alicantinos (que tienen todo el derecho del mundo a ver jugar a la Selección Española), hay que reconocer que el seleccionador nacional realiza un nuevo agravio contra el que fuera su club de toda la vida, a quien de manera explícita ha culpado de los abucheos que sufre el internacional español que juega en nuestra selección como si jugara en un club, esto es, única y exclusivamente por dinero, pues para él su condición de español es un mero accidente y lo sustantivo es que es un «catalán», como sucedió en su día con Guardiola y Xavi Hernández. Realmente, ninguno de los mentados merece el más mínimo respeto, pero especialmente cansa la actitud de Del Bosque, empeñado en ceñirse como un corsé a la corrección política imperante para conservar a toda costa su puesto y asegurarse el ingreso de la nómina a fin de mes. ¿Qué tendrá que ver la rivalidad Real Madrid-Fútbol Club Barcelona con los abucheos a un personaje que ha manifestado su apoyo explícito al separatismo catalán, convirtiéndose así en el símbolo de la sedición? Como ni Mas ni Junqueras comparecen en toda España para sufrir el escarnio que merecen ante la pasividad de los poderes públicos, se abuchea a Piqué, y eso lo sabe todo el mundo, por mas que España sea un país de cínicos redomados que prefieren hacer «como si» no pasara absolutamente nada.
Sin embargo, en el caso del Marqués Del Bosque, probablemente influya otro factor decisivo que le conduzca a desechar el Santiago Bernabéu (asumiendo que a Piqué se le pitaría hasta en el Camp Nou en el caso de que el sedicioso club se aviniera a acoger algún partido de nuestra selección): nuestro filisteo seleccionador seguramente piensa, y no le faltará razón para que eso sea así, que a los pitos a Piqué se sumarán los que recibirá su persona por todo el antimadridismo manifestado durante su ejercicio en el cargo de seleccionador. Como este señor es cobarde pero no tonto, seguramente piensa que su integridad moral y su imagen corren peligro, y él mismo se haya puesto la venda ante una posible pitada a su persona. El caso es que el Estadio Santiago Bernabéu, el feudo que los separatistas sueñan cada día con profanar en las finales de Copa del Rey y de Champions League, no es apropiado para acoger un partido de fútbol de la Selección Española y se hurta a los madrileños el ver a la selección tras varios años de sequía; claro que en Barcelona y Bilbao ni los más viejos del lugar recuerdan cuándo jugó allí la Selección Española... ¿Temor a que se repitan los ultrajes al Himno Nacional Español que llevan manifestándose varios años atrás en las Finales de Copa del Rey cada vez que juegan equipos sediciosos y afines al separatismo como el Athletic Club de Bilbao y el Fútbol Club Barcelona? A ver cómo justificaban los abucheos esos curiles periodistas que se escandalizan al escuchar sus piadosos oídos los silbidos al separatista Piqué, de segundo apellido ni más ni menos que Bernabéu...
De cualquier modo, llama la atención la solidaridad que los distintos componentes de la selección muestran hacia Gerard Piqué, víctima poco menos que de un público lamentable que, por primera vez en la historia del fútbol, no tiene derecho a expresarse libremente, aunque sea para abuchear a uno de los nuestros... si es que cabe denominar así a un sujeto que, en un doblepensamiento orwelliano lamentable, juega para una Selección cuyos símbolos desprecia. Tan sólo el sorprendente Iker Casillas ha roto esta férrea solidaridad y al menos se ha cuestionado que a Piqué se le pite porque sí y pide analizar la conducta del central azulgrana para averiguar los motivos de los abucheos.
Y es que la Selección Española, para nuestra desgracia, hace ya muchísimo tiempo que dejó de ser la selección de todos los españoles. Desde hace al menos cinco años, se ha convertido en la selección de lo que el Marqués del Bosque denominó como «los nuestros», esto es, el núcleo de jugadores que, endiosados con el título mundialista de Sudáfrica, fueron considerados intocables aunque en sus clubes demostrasen una notable decadencia o ya casi ni contasen. Recordemos que cuando convocó para la Copa Confederaciones de 2013 a Torres, Villa y Soldado afirmó, antes de comenzar el campeonato, que ninguno de los delanteros seleccionados le convencían. Cabe preguntarse entonces: ¿por qué acabó seleccionándolos? En el caso de David Villa, máximo goleador histórico de la Selección Española y totalmente humillado en el Fútbol Club Barcelona por rivalizar en goles con Leo Messi, Don Vicente lo justificó diciendo que, al fin y al cabo, era de «los nuestros» y no podía dejarlo fuera. Al año siguiente, en el desastroso Mundial de Brasil, cuando ya estábamos eliminados, Del Bosque afirmó que seleccionó a los de siempre porque carecía de «fuerza moral» para no llamarlos. Por lo tanto, la Selección Española ya no es la selección de todos los españoles, sino una secta en la que entran quienes se adaptan al caprichoso y oportunista de nuestro seleccionador, que amenaza con seguir destruyendo nuestro fútbol hasta el 2018.
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