Dr. Jekyll y Mr. Hyde


A día de hoy estamos metidos hasta la coronilla en otro culebrón veraniego.Para los que creen que el vigente campeón de Europa sigue siendo el Estrella Roja,hago breve resumen:Sergio Ramos ha decidido que cobra poco y que quiere un aumento,y si no,se enfada,no respira y se va.No voy a valorar las noticias aparecidas en distintos medios sobre posibles destino,pues tienen la misma credibilidad que una predicción de Sandro Rey,pero sí que quiero hacer una pequeña disección de los datos que conocemos a ciencia cierta,así como de los comentarios habituales de los periolistos.

Igual hay que replantearse la forma de firmar contratos. Es evidente que el art. 1124 del Código Civil español en el fútbol patrio tiene la misma eficacia que un blindaje de papel cebolla ("Las obligaciones nacidas de los contratos tienen fuerza de Ley entre las partes contratantes..."). Cuando a un profesional ya maduro (hablando en términos balompédicos) se le firma un contrato de larga duración, a partir de cuatro años, cobrando por temporada más de lo que vamos a cobrar en toda nuestra vida, es conocido que a partir del tercer año se exigirá una subida de sueldo.

Soy de los que piensan que un salario ha de pagarse en función del rendimiento y de la explotación comercial que se le pueda dar a un futbolista, teniendo en cuentra otras variables, como los ingresos del Club por derechos de imagen (es el fútbol moderno, qué le vamos a hacer...). Desde un punto de vista comercial, los defensas nunca han tenido gran aceptación fuera de su país de origen, salvo que hablemos de auténticas leyendas como pueda ser Maldini. Desde el punto de vista deportivo, Sergio Ramos es un jugador un tanto extraño, ya que emulando al Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Ramos está compuesto por dos jugadores distintos: Por un lado, Don Sergio Ramos, el amo de la defensa, el mariscal de Camas, el león del área y demás epítetos pomposos a los que la prensa patria nos tiene acostumbrados. Por otro, Canelita, el que hace penaltis suicidas, el que se deja ganar la marca por Matthieu, el que lanza balones de cuarenta metros directamente al delantero colchonero, etc. Voy a hacer algo por lo que me voy a odiar, pero voy a contar una anécdota sobre Valdano. El argentino contaba que en su época como entrenador del Tenerife tenían un defensa al que llamaban "el error", ya que, aún siendo un grandísimo jugador, al menos una vez por partido cometía un error clamoroso. Si el error tenía lugar al principio del partido, el cuerpo técnico del equipo canario respiraba aliviado, ya que sabían que durante el resto de la competencia iba a ser intratable. El problema venía cuando el error no venía, el partido se abría y se acercaba el final. En esos instantes gotas de sudor frío inundaban las caras del banquillo chicharrero.

Esta temporada hemos vivido una situación similar: la pregunta no era si Ramos iba a pifiarla, sino cuándo y cuánto. Por todo ello, no me deja de parecer algo sorprendente que, si el sueldo tiene un importante componente meritocrático, tras semejante temporada el hermanísimo se presente en las oficinas del club para pedir para el presumible capitán del equipo la temporada que viene (glups) un aumento de proporciones insultantes, tanto por su tamaño como por el momento en el que se exige. A este respecto, creo que hay material para escribir un libro sobre las relaciones familiares y su inclusión en el mundo de la representación deportiva.

Por otro lado, los palmeros habituales (que por cierto, coinciden en ser también los de cierto ex-portero que lleva años acabado pero que aún no lo sabe), nos dejan perlas como esta: "Si Sergio Ramos pretende un aumento de su ficha está en su perfecto derecho. Se ajusta a las leyes que rigen el fútbol..." Es decir, si se trata de pagar noventa millones por Bale, FP es un derrochador, pero si hay que pagar 11 millones al año a Sergio Ramos, "son las leyes del fútbol". Hipocresía, ¿dónde?
El Real Madrid no puede ceder ante un chantaje que se torna desagradable y desproporcionado, venga de donde venga. Si Luka Modric, jugador por el que siento auténtica pasión, actuara de esta forma yo escribiría las mismas líneas. Es necesario cambiar el modelo contractual deportivo, porque es evidente que a los contratos de larga duración les pasa lo mismo que al 1124 CC: son papel mojado.

Nota final: Se ha comentado estos días que Marcelo también es cliente de René Ramos y que va a seguir los pasos del andaluz. No sé si la segunda parte de la noticia es cierta, pero rompiendo una lanza a favor de nuestro segundo fofisano preferido, de la representación del brasileño se encarga la empresa bosnia Toreta d.o.o, no relacionada con los hermanos Ramos.

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