El diagrama de Florentino


Leo,leo y leo.Oigo,oigo y oigo.La conclusión es clara:esto es un desastre y hay que tomar medidas ¡YA! Y las medidas,obviamente,ha de tomarlas el presidente del Real Madrid.Voy a ver si soy capaz de agrupar las medidas mayormente reclamadas por el personal.

Primera medida y, parece ser, la preferida: la dimisión del presidente. 

Bien está. Oigan, que cada cual pide lo que le parece bien. Sea pues. Florentino dimite y, obviamente, se convocan nuevas elecciones. Aquí yo, añado mi particular visión sobre el asunto:

a) Florentino se presenta de nuevo y gana, cosa nada descartable. Es más, yo diría que, a día de hoy, es lo más factible. La jodimos, volvemos al punto de partida, pero encima con Florentino más reforzado. Entonces a Fredi Relaño le entra una cagalera descomunal. El Garbancero ya solo queda para organizar sesiones de Ouija en un local del barrio de Malasaña. Suicidios masivos entre parte de la afición madridista.

b) Florentino no se presenta o gana otro. 

1. Gana una persona independiente sin vinculación con ningún dizque medio de comunicación. Hipótesis harto difícil de darse.  Puede que esta opción fuese la mejor para el club. Sigamos elucubrando. El nuevo presidente decide mantenerse en la independencia sin vincularse a ningún medio de comunicación. Al cabo de poco tiempo aparecerán los insultos de los joputas de todos conocidos ante la imposibilidad de vender edredones y pantuflas con el escudo del club.

Pasará el tiempo y el ambiente se irá viciando y enrareciendo (no hace falta que les diga en qué modo y manera). Al mismo tiempo, se irá adoctrinando al peculiar público comepipas del Bernabéu con portadas y programas nocturnos. Es cuestión de tiempo que haya algún año sin triunfos y se monte la mundial después de un resultado atronador. En este caso volvemos al principio: la dimisión. Y vuelta a empezar.

También puede ocurrir que el candidato ganador se entregue a los intereses de algún medio de comunicación. En este supuesto, les sugiero que vayan directamente al apartado 2. siguiente. 

2. Gana un candidato vinculado a algún dizque medio de comunicación. 

i. Vinculado a Fredi. La jodimos. Muchas posibilidades de repetir un régimen similar al Naninato. Recordemos que bajo este régimen y bajo la protección de Fredi y la Prisa, el Madrid recibió seis goles del Barça, un triplete y tuvimos la fortuna de ver como Faubert roncaba plácidamente en un banquillo. Al margen de las ventas de cerdos en Rumanía y de las asambleas invadidas por socios del Atleti, entre otras.

ii. Vinculado a otro grupo diferente. También la jodemos. Nada hace presagiar que este candidato fuera a hacer cosas distintas que no sean las propias para beneficiar al grupo que le ha apoyado.

En ambos casos (i e ii) es muy posible que el presidente acabe comportándose como un sinvergüenza (así nos lo demuestra la historia más reciente) a las órdenes de uno de los grupos mediáticos fácilmente reconocibles. En este caso, es cuestión de tiempo que otro de los grupos mediáticos excluidos del trato de favor, termine por encontrar pruebas que obliguen al sinvergüenza a tener que dimitir. En definitiva, volvemos al principio: la dimisión del presidente.

Segunda medida. También muy popular. Echar al entrenador.

Naturalmente está medida viene acompañada con una pregunta muy cabrona. ¿A quién traemos?.

En primer lugar hay que optar por el perfil: o un entrenador o un Gestor de Vestuarios (vulgar compadre de cañas, tertulias y de ronditos y partidillos).

a) Un entrenador. La jodimos, amigos; la jodimos y bien jodida. 

1. Es persona educada y contesta a todas las preguntas. En este supuesto, al entrenador se le hará vida imposible casi con total seguridad, porque al ser un tipo aburrido no será un buen reclamo para la audiencia. Decidirán picarle con todo tipo de asuntos, a ver si así, sí. Se le inventarán cismas con sus jugadores. Se le dirá que es un coñazo de tío y que los jugadores no le tragan. Que es defensivo. Hasta es posible que le digan que los jugadores le recomiendan que cambie de sistema o cosas parecidas. Si está gordo lo añadirán al catálogo de defectos inasumibles. Si está flaco le dirán que tiene un aspecto poco saludable y que así no se puede entrenar. Si es demasiado joven, será que es demasiado joven. Y si es demasiado mayor…entonces recuerden lo que decían de Villiam Vecchi algunos joputas que todos conocemos.

2. Es persona orgullosa que no está dispuesta a que le soben la bolsa escrotal. Será un nazi. No le harán la vida imposible, no. Su vida será un infierno, dado que, en ningún caso, estará dispuesto a obedecer las consignas y las preferencias de los joputas aludidos. Item más, dado que este tipo de perfil se corresponde con persona de carácter fuerte y gran personalidad, les costará un mundo derribarle. Cosa que terminarán consiguiendo después de quedar retratados como la panda más miserable de joputas que jamás haya visto ojo humano alguno.
Finalmente, parece ser que, ni la opción 1. ni la opción 2. de este perfil, darán buenos resultados. Así que, esto del tema de entrenador tiene todo el aspecto de convertirse en un ciclo sin fin, cambiando perpetuamente de este perfil al que aludiré en el siguiente apartado. 

b) Un Gestor Vestuarios.

1. Si están ustedes pensando que con esto los problemas se han acabado, son todos ustedes unos ingenuos entrañables. Un Gestor de Vestuarios es, como diría José Luis López Vázquez, un admirador, un siervo, un esclavo, un amigo. Así pues, depende de la voluntad de los muchachos. Correrán, pelearán y pondrán los cinco sentidos mientras les convenga. Así por ejemplo si, justo el año anterior a la venida del Gestor, hubieran tenido un ogro. De este modo demostrarán, o lo intentarán, que los modos del ogro no fueron los adecuados. Pero esto tiene fecha de caducidad. ¿Saben ustedes cuál es el material/concepto/ente más pesado que hay sobre la faz de la tierra? La vagancia. Una vez que la vagancia ha invadido un cuerpo, no habrá forma humana de levantar o hacer correr dicho cuerpo. La falta de exigencia, el compadreo y la (muy habitual) falta de entrenamiento terminará derivando en vagancia y los éxitos de los primeros momentos, acabarán. El presidente se enfadará y echará al consentidor/muñidor del vaguerío. Entonces los muchachos se cabrearán y moverán todos los hilos para que los joputas se lancen a la yugular del presidente, por lo que, no me queda más remedio que remitirles nuevamente al primer asunto tratado: la dimisión del presidente. Lo hemos visto, mejor dicho, lo estamos viendo.

2. La situación puede, incluso, ser peor. Pudiera ocurrir que alguno de los jugadores de la plantilla fuera el ojito derecho, el izquierdo y el ojito del culo de la mayoría de joputas. Entonces el Gestor de Vestuarios (que es un vago, pero que también es muy listo) se arrimará a este tipo de jugador, convirtiéndole en inamovible y así ganarse el favor del joputismo. Si el jugador todavía conserva facultades no ocurrirá  nada reseñable que no sea el devenir de los hechos referidos en el apartado 1. anterior. Ahora bien, si el jugador es un decrépito caso de decadencia, el asunto puede llegar a ser terrible. El jugador y el Gestor serán defendidos por los joputas como si la vida les fuera en ello. Mientras tanto, todos ustedes (aquellos que no estén contaminados por las palabras y portadas de los joputas) verán impotentes como los títulos vuelan a otras vitrinas al mismo tiempo que el decrépito jugador sigue siendo titular, inexplicablemente. Obviamente, el presidente se volverá a cabrear y echará a quien pueda. Al Gestor, seguro. Al jugador, depende. Lo anterior, lejos de garantizar paz futura, será la semilla de la guerra que se avecinará al año siguiente. Al nuevo entrenador lo estarán esperando, los muchachos y los joputas. Por lo que les remito al apartado a) de este segundo tema, que, a su vez, termina derivando, como todos ustedes ya habrán deducido, en el primer tema: la dimisión del presidente.

Y con este baile de entrenadores irá pasando el tiempo entre el hartazgo creciente de los socios y los aficionados. Finalmente, los mismos joputas que le hicieron la vida imposible al entrenador-perfil a) y que favorecieron la expansión de la vagancia y el compadreo del entrenador-perfil b) dirán que aquello no son modos y que no hay proyecto. Efectivamente, lo han adivinado, todo acaba en el punto de partido: la dimisión del presidente. 

Tercera medida: echar a un número indeterminado de muchachos. 

Esta media es muy impopular dado que la afición del Madrid está repleta de mojabraguers, cheerleaders y teenagers de casi todos los jugadores de la plantilla. Ojo, he dicho CASI todos.

a) Echar a aquellos jugadores que el presidente estima que emponzoñan el vestuario, que, curiosamente, suelen ser los mismos que opinan sobre la gestión del club porque se creen con derecho a ello. Que se creen lo que no son.

1. No son jugadores especialmente valorados por la prensa. Este supuesto, si me lo permiten, es inviable. Son niñatos, son ególatras, son imbéciles pero siempre suele haber alguien en su entorno que suele aconsejarles con algo de criterio. Es decir, que antes de largar, alguien les habrá aconsejado que tengan a buen  recaudo la opinión favorable de unos cuantos joputas nocturnos para que les defiendan y les justifiquen. Por lo que me remito al apartado 2. siguiente.

2. Son jugadores muy apreciados por el joputismo. El presidente las va a pasar putas para echar a uno de estos. Y si lo hace será con un enorme coste personal, al margen del coste monetario para el club. La situación puede devenir en explosiva si se junta, todo en uno, la llegada de un nuevo entrenador (que no Gestor) con la patada en el culo de uno de esos jugadores tan queridos por el joputismo. Es el caldo de cultivo perfecto para hacer una temporada desastrosa. Sobra decirles que este supuesto, lleva irremediablemente a la primera medida del presente informe: la dimisión del presidente. En este caso, si el presidente quiere salir indemne no se me ocurre mejor cosa que aconsejarle que se lie la manta a la cabeza y se decida por la tremenda, es decir, tres o cuatro cabecillas a la puta calle. Crear un vestuario limpio de veneno y rezar para que ganen algo. Pero esto es solo coyuntural porque, con el devenir del tiempo, los nuevos jugadores contratados terminarán cayendo en las mismas ponzoñosas zarpas del joputismo, salvo que el presidente se decante por la excepción contemplada al final de este informe en el apartado de CONCLUSIÓN.

b) Echar a Gareth Bale. Los joputas brincarán, bailarán y darán saltos de alegría. No me pregunten los motivos. Yo no conozco caso igual de injusticia miserable, pero claro, por eso los joputas son joputas, qué demonios. No obstante, si el presidente lee este exhaustivo informe que no se haga ilusiones. Esto solo  los alegrará temporalmente. Es cuestión de tiempo que vuelvan a la carga. Dado que, cuando Gareth Bale no esté, la victima será otra. Normalmente extranjero, no colombiano, porque ya sabemos que el As de la Ouija edita en Colombia y de James solo caben cosas buenas. Es decir, haber fumigado a Bale no habrá valido de nada, los males seguirán existiendo, encontrándonos, nuevamente, en el punto de partida. 

CONCLUSIÓN: puede que a todos ustedes les parezca que me he pasado de frenada en mi incisivo análisis. No diré que no, pero díganme ustedes si les he contado algo que no hayan visto ya. Es un puro ejercicio de empirismo. 

¿Solución? Respondo con otra pregunta: ¿cuál es el denominador común de todo lo anterior? Exacto, el joputismo. Nos guste o no nos guste, el joputismo influye en las decisiones del club. Una veces por omisión gracias a la proverbial cobardía del presidente. Otras por acción a través de sus panfletos y sus alcachofas vendiendo una mercancía que es consumida por cerebros ahítos de pipas. Otras veces gracias a jugadores con los que cohabita en ese vestuario, en un perverso intercambio de favores. 

Ese grupo de jugadores favoritos (no demasiados, incluso con la ayuda de algún representante) nunca es señalado, siempre es justificado y es alzado a los altares como leyendas vivas del madridismo. Este maquiavélico juego de intereses ha terminado dando a luz a un tipo peculiar de jugador que goza de una doble condición, a saber:   jefecillo del vestuario y miembro de una especie de junta directiva B sin poder ejecutivo pero con poder para criticar las decisiones de la junta directiva A que no les gusten. Munición que es recogida ipso facto por el joputismo. 

A cambio les justificarán su decrepitud por todo los que nos han dao, les reclamarán nuevos contratos a pesar de temporadas en blanco sin títulos y montarán compañas de descrédito a los nuevos fichajes que vengan a hacerles sombra a los cracks de turno de los representantes de turno. 

Jugadores que nunca serán señalados por las derrotas, salvo la alícuota parte que les corresponda de la bronca. Jugadores que en las derrotas son uno más pero que en las victorias pasan a ser, misteriosamente, los jugadores más implicados con el club. Jugadores que tienen que soportar, en las derrotas, la décima parte de la presión que han de soportar otros, previamente señalados por los amigos de estos pocos privilegiados. Empezando por el niño Odegaard y acabando en Gareth Bale. Perder partidos, para los privilegiados amigos del joputismo, no va más allá de un mal día en la oficina. A otros, por el contrario, ciertas cabezas huecas de neuronas y repletas de pipas los paran en la rotonda de la salida de Valdebebas para recordarles el nombre de sus ancestros. A veces, incluso sin haber jugado por lesión. 

Es una especie de sociedad mafiosa en la que una parte protege a la otra y esta otra paga con favores confesables o inconfesables. Gracias a esta curiosa simbiosis, tenemos en el Madrid la desgracia de padecer al jugador/directivo, que juega, que entrena pero que también enjuicia decisiones sobre el cuerpo médico, la venta de algún jugador, la compra de algún otro o el despido y contratación de entrenadores. Y que además sabe, que hacer eso sale gratis. Y que perder, por si fuera poco lo anterior, a ellos les sale la décima parte de caro que a otros. Para rematar el cuadro, encima, ellos son emblemas, historia que tú hiciste, leyendas, el perejil de todas las salsas, iconos, la cruz que remata el escudo. 

¿Solución?, vuelvo a preguntar. Cortar lo anterior de raíz. Fumigar un vestuario podrido. Si por mi fuera, yo ficharía a veinticinco garethbales y no porque me parezca un jugador sensacional (desaprovechado), que también, sino por lo que representa. Aislado del joputismo, impermeable al As de la Ouija y al Marca de la hernia. Cero conflictivo, un caballero, un profesional. Trata a la prensa deportiva al estilo anglosajón, entendiendo que todo empieza y acaba, cuando empiezan y acaban los partidos y después cada cual a su casa. Tipos que no tengan ni puta idea de quién es “El Basura”, el Kalimotxo o Bobby Gómez.

Veinticinco garethbales. Piénsenlo. Nunca tendrían la tentación de recurrir a todos estos para extorsionar al club, así pues nunca habría favores que devolver con filtraciones. Nunca serían defendidos por esta panda de mafiosos obviando su decadencia. Nunca les harían creerse que ellos son las leyendas, los iconos, los escudos, las esencias del Madrid porque estarían fuera de su alcance. Por eso mismo nunca se creerían más importantes que el club. Nunca discutirían las decisiones del presidente. Nunca preferirían este entrenador a este otro. Nunca harían la cama al club o al nuevo inquilino del banquillo. La cama para ellos, solo sería un mueble donde hacer determinado tipo de cosas. Y nunca, nunca, nunca consentirán espectáculos como el del sábado 21 de noviembre de 2015 porque su exigencia sería máxima y no habría nadie dulcificando sus derrotas.

Veinticinco tipos como veinticinco terminators. Profesionales dedicados a entrenar y a jugar. Sin sentimientos. Esta es mi solución y creo que es cojonuda, modestia aparte. Así pues, ya saben lo que está sobrando en el Madrid. Sí, ése también. Imagínense el soponcio del Marca, del Kalimotxo o del Subescuestas Palomar. Veinticinco garethbales y a campeonar. 

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1 comentarios :

  1. Enhorabuena por el artículo, no puedo sentirme mas identificado con él, chapeau!

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