Carta abierta a Florentino Pérez

Captura5
¡Salve, estimado Presidente! Ahí le brindo mi más abracadabrante idea.
No hay duda que de su mano el Real Madrid es hoy más grande. Usted ha contribuido de forma indiscutible en el crecimiento de La Sociedad, concibiendo una estrategia y ejecutando una gestión económica que se impone sin discusión y que se hacía indispensable para sacar nuestro Club de la situación cataclísmica en la que estaba sumido. Su proyecto no descansa y, gustos estéticos al margen, ahora abre un extraordinario horizonte con la remodelación del estadio. No sería justo no felicitarle por ello. A usted, o, quizá a ese ego que también es usted y que necesitaba reconciliarse consigo mismo, tras aquella “espantá” de recuerdo asaz decepcionante.
Cualquier aficionado que tenga más de doce años sabe que en fútbol como en la vida, todo es posible y nada es seguro. Por tanto no cabe exigirle triunfos ante la notoriedad de haber puesto todos los medios a su alcance para conseguirlos. Incluso ha llegado a tragarse su orgullo lanzando frases de adoración a los propulsores subterraneos del sabotaje ignominioso de su anterior proyecto (le juro que yo les hubiera acribillado a balazos en el mismo parking del Bernabéu) y ese gesto también hay que valorarlo en su justa medida.
Me consta que su yo triunfador no soporta ni un minuto a su yo derrotado. Sé que le repugna el discurso plañidero y perdedor de precaria inteligencia que señala la mano de Villar como un obstáculo insalvable, y le alabo el gusto. Me consta que es su prioridad una competición justa, y apuesta por eliminar a Sánchez Arminio, a quien señala como el puto testaferro de una voluntad superior.
Pero aquí ya, Señor Presidente, es donde nos distanciamos. Porque sabiendo mejor que nadie como están las cosas no debería permitir a su vanidad seguir cometiendo errores de cálculo. Pues en medio de este bosque de disparates, de abusos y de corrupción, a usted no se le ocurre otra medida de presión que filtrar su descontento con el líder de esa horda de monos gesticulantes que son los árbitros. ¿Para qué?
Basta ya de medidas pusilánimes. Tómese esto como una cuestión de principio, una cuestión de alta moral. No nos haga caer otra vez en un estado de depresión insoportable. Cambie esa su actitud disociada de la que la mayoría social reclama, y ejecute la que debería corresponder a un presidente que se proclama heredero de la filosofía de Don Santiago Bernabéu. Denuncie usted todos lo tejemanejes del líder de esos inútiles a los que si en lugar de designar se les barajara la clasificación no variaría un punto pues actuan al dictado.
Sabemos que su carácter esencial es su absoluto despojamiento de agresividad. Pero con su “señorío” contribuye de forma clara a la estrategia del enemigo. Sepa que si se mantiene en ese estilo instalado en la aparente indiferencia, el madridismo básico lo puede interpretar como un ejercicio continuo de negligencia. Porque seamos claros, por incauta y simple que sea la mayoría de la masa social, cuando la protesta se carga de sustancia y necesidad, hasta el más tonto de la grada deja de parecer una niñera inglesa.
Y sepa, querido Tito Floren, que si esto llegara a suceder sería por detalles como el de tener los santos cojones de entregar nuestra defensa a una voz afónica de energía. Es triste ver a la pareja “Pardeza y Butragueño” como, aparentemente disminuidos en su ímpetu vital, abaratan, trivializan e incluso justifican las acciones de árbitros, rivales y emboscados hinchas lanzadores de mecheros. Esta actitud de lavarse las manos en la palangana de unos portavoces de atolondrado discurso, de palabras privadas de solidaridad con nuestros jugadores, sólo se puede calificar de desastrosa. Cambie de una vez su política de comunicación, olvide lo políticamente correcto y ponga al frente a alguien transparente, firme, directo y elemental. Olvide sus vicios empresariales, y abandone tanta teatralidad e hipocresía.
De usted, a quien la inmensa mayoría de sus socios considera un hombre rectílineo, exigimos un propósito y un método. Confiamos en que actue de una puta vez, que se enfrente con valentía a la injusticia, que no se haga corresponsable de esta situación, y que actue con un gesto de protesta que suponga un escándalo mundial.
Por todo lo anterior es por lo que mi simplicidad le propone que retire el equipo durante la celebración de la final copera a la primera decisión descarada del simio de turno. Sepa usted -seguro que lo sabe- que un acto así ya lo protagonizó el Valencia en 1930 en el antiguo Chamartín. Por tanto le pido que actue. No nos defraude de nuevo. Honre de verdad, no sólo de boquilla, a aquel presidente respetable y digno, honre al hombre inquebrantable, a ese Santiago Bernabéu que siempre gozará de nuestro cariño, agradecimiento y admiración. Porque en esta vida no todo es ganar, aquí cualquiera puede acabar derrotado o fracasado, pero siempre cayendo con la valentía y la dignidad con las que unicamente se alcanzan la verdad y la grandeza moral.
Saludos y ¡Hala Madrid!

Like This Post? Please share!

  • Share to Facebook
  • Share to Twitter
  • Share to Google+
  • Share to Stumble Upon
  • Share to Evernote
  • Share to Blogger
  • Share to Email
  • Share to Yahoo Messenger
  • More...

No hay comentarios :

Leave a Reply

Scroll to top
Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información