Los días que tu juegas (by @angiemg82)

” De verdad, no lo puedo creer, como si no hubiera cosas más importantes en la vida que veintidós tíos corriendo detrás de un balón…”
Abrí los ojos, los primeros rayos de sol que pasaban a través de la ventana me decían que aún era muy pronto, que entre ese momento y las 20.45 quedaba un mundo que iba a transcurrir muy despacio.
Respiré e intenté esconderme bajo las sábanas, pero la fuerza y rapidez de mis latidos me obligaron a sentarme e imaginar, paso a paso, lo que tenía por delante. Sabía que mi salud era la prioridad y tendría que controlar cada una de mis emociones, mis nervios, mi entusiasmo por conocer a tantos madridistas que vendrían para compartir todos juntos el momento. Ese momento que, aún sin saber si ocurriría, me sentía afortunada de vivir y poder compartir con quien realmente sabía que merecería la pena.
Me senté en la cama, bebí agua y me di cuenta de lo realmente seca que tenía la boca, la presión me oprimía el pecho y sabía que habría un antes y un después. Me puse en pie y decidí que pasara lo que pasara tenía que vivir cada segundo como si no hubiera un mañana, disfrutar de todo lo que me brindara el día, sí o sí el 24 de mayo de 2014 dejaría huella.
El móvil no dejaba de vibrar sobre la mesita de noche y me pregunté cómo estaría en 24 horas, si esa vibración tampoco pararía o, simplemente, el silencio predominaría en nuestro -cada vez más pequeño pero fuerte- reino madridista, ese que se fortalece frente a las adversidades. Lo cogí, y solo leyendo el primer mensaje los nervios me recorrieron de pies a cabeza: foto en la interior de Santiago Bernabéu delante de nuestras nueve Copas de Europa.
Ya estaban aquí, ya había comenzado su momento al que me uniría horas después. Quise ducharme, vestirme, salir corriendo y encontrarme con ellos sin pensar en nada más…pero pensé que primaba el estar al 100% a la hora y en el momento señalado.
Horas más tarde ahí estaba, cambiando los planes sobre fecha y hora, pero lo estaba. Intenté andar despacio, tranquila, manteniendo la calma, todo aquello iba a ser nuevo, lo haría sola y me daría cuenta de que solo era un gran paso hacía lo que realmente podría hacer.
Mi guardián, que se ofreció sin problemas a cuidarme, estaba expectante e igual de nervioso. Como ocurre en tuiter, donde detrás de cualquier mensaje puedes encontrar a tu futuro mejor amigo, a la vuelta de la esquina comenzamos a encontrarnos con madridistas y poco a poco, todo aquello tan virtual que realizamos día a día…se convirtió en real.
El tiempo pasó rápido, la hora se acercaba y nuestros caminos se separaban quedando unidos por nuestro gran sentimiento.
De nuevo, paré el tiempo, esta vez sentada junto a tanta gente quise guardar esa sensación, esa explosión contenida que esperaba poder liberar. Nada de lo que veía era lo esperado, los planes comenzaban a torcerse e, inconscientemente, quise preparar mi comportamiento para lo que pasaría en menos de 48h. de vuelta al trabajo con mis compañeros indios.
Mi guardián escribió, mi gente se unió y supe que tenía que creer, el año había sido suficientemente duro como para perderlo todo ahora…no, mi fe no. No podía permitirme hacerlo y justo ahí, mientras ese último ápice de esperanza y amor por mi equipo luchaba contra todo y contra todos…ocurrió. Tras un año de críticas, Sergio Ramos grabaría su nombre a fuego en la Historia del Real Madrid.
¿Qué recuerdo de ese momento? No sería capaz de describirlo mientras, aún ahora, alguna lágrima se anima asomándose tímida a mi mejilla. Éxtasis, delirio, explosión de amor con cualquiera que pasara por allí reafirmando, una vez más, la grandeza de este deporte que tantos critican y juzgan sin saber, solo en función de a dónde los intereses les lleven.
A partir de ahí la historia ya está reescrita y todos, sabemos cómo nos fuimos haciendo aún más grandes a cada minuto que pasaba. Garra, fuerza, fe, cojones, ganas y ese escudo que recubre nuestro pecho, hicieron lo demás. Durante la semana nos habíamos visto criticados, a los atléticos les debían algo que a nosotros -por lo visto- no, y era difícil encontrar algo de objetividad en la gran hazaña india.
Al final contra viento y marea lo conseguimos, todos juntos hemos podido vivir un momento de aquellos que cuando nuestros abuelos nos los contaban, deseábamos poder transmitir en primera persona.
Hemos podido verlo, vivirlo y sentirlo…una noche que quedará grabada en el recuerdo como mi guardián, sin él la noche hubiera tenido un final muy distinto: GRACIAS por tanto.
Desde aquí solo quiero dar las gracias a todos aquell@s que conocí aquel 24 de mayo de 2014, estuviera con ell@s más o menos tiempo, y a todos con los que me reencontré después de meses.
CONTRA TODO Y CONTRA TODOS…HALA MADRID Y NADA MÁS.

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